jueves, 6 de mayo de 2010

PLAN COLOMBIA II Y LA GEOPOLÍTICA DE VENEZUELA

PLAN COLOMBIA II. IMPLICACIONES GEOPOLÍTICAS PARA AMÉRICA LATINA

EL CONTEXTO GEOPOLÍTICO DE FINALES DEL SIGLO XX

El anuncio de la instalación de un conjunto de bases militares en territorio colombiano, con el apoyo, presencia y asesoría norteamericana no debe ser visto en forma descontextualizada. Toda la dinámica obedece a un marco general, que se ubica en el denominado Proyect for The New American Century (PNAC) o Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, formulado en 1992, esencialmente por dos (2) personajes muy destacados en el gobierno de George W. Bush: Paúl Wolfowitz y Donald Rumsfeld. En él se identificaban los retos para la Seguridad y Defensa de los EEUU en los inicios del siglo XXI, haciendo hincapié en la necesidad de obtener un mayor control sobre las fuentes abastecedoras de petróleo a la economía y la industria norteamericana.
De tal forma, que el PNAC identificó las prioridades a desarrollar por la política exterior norteamericana en los años finales del siglo XX y principio del XXI. Entre las acciones del PNAC, se estableció la necesidad de fortalecer los lazos estratégicos con países latinoamericanos, impulsando al mismo tiempo proyectos de integración económica. El lapso comprendido entre la formulación del PNAC y su configuración estratégica en el gobierno de George W. Bush, sirvió para hacer una propuesta mucho más ambiciosa, que derivó en la pretensión de obtener una hegemonía política, militar y económica en todo el contexto mundial. Los acontecimientos que terminaron con los sucesos del 11 de septiembre de 2001, le otorgaron a los EEUU la excusa perfecta para adelantar la completa implementación de los postulados del PNAC.
La geopolítica de los EEUU insistió en la preponderancia militar y la asociación estratégica con los denominados “estados tapón” o “estados de contención”, ubicados en espacios estratégicos-territoriales considerados claves para los intereses de los EEUU. En este marco, es que surge la propuesta de ejecución del Plan Colombia, inicialmente planteado y desarrollado entre 1998-2007, que incluyó – en función del logro de los objetivos de fortalecimiento militar-estratégico de los EEUU en la región- la instalación, entrenamiento y equipamiento de nuevos grupos de combate en las fuerzas armadas colombianas. Militarmente se tradujo en: 1) instalación y puesta en funcionamiento de cinco (5) radares en zonas diversas de Colombia (Isla de San Andrés, Riohacha, Vichada, San José de Guaviare y Leticia), 2) conformación de Brigadas de Acción Rápida (BAR) destinadas a movilizar un conjunto de efectivos militares con gran poder de fuego y acción contrainsurgente y 3) reforzamiento de bases militares ubicadas en Tres Esquinas (Putumayo, frontera con Ecuador) y Tolima. Detrás de toda la excusa de la lucha contra el narcotráfico se encuentran jugosos contratos económicos coordinados por empresas transnacionales norteamericanas tales como DynCorp (entrenamiento de militares y policías), Lockheed Martin (radares y mantenimiento aviones), Bell Helicopter Textron (venta y mantenimiento de helicópteros Blackhaw), Sikorsky Aircraf (equipamiento y venta helicópteros de combate), que han permitido que Colombia incremente su capacidad militar y su poderío de reacción ofensiva, creando serios desequilibrios estratégicos en Sudamérica.
El SIGNIFICADO DEL PLAN COLOMBIA II

La 1era fase del Plan Colombia, desarrollada hasta el 2006, incluyó una inversión de 10 mil 700 millones de dólares, que permitió aumentar la capacidad militar de Colombia, elevando sus fuerzas armadas por encima de 400.000 efectivos, una cifra muy superior a los 160.000 militares con que contaba antes de 1998. La II Fase del Plan Colombia, denominada Estrategia para el Fortalecimiento de la Democracia y el Desarrollo Social, significa una inversión de 43 mil 800 millones US$, la mayoría en equipamiento, mantenimiento y fortalecimiento de la estructura militar. No se debe perder de vista, que esta fase tiene como epicentro de acción las zonas fronterizas con Ecuador y Venezuela, aumentando la tensión entre el gobierno de Uribe con Chávez y Correa.
El alcance de esta fase del Plan Colombia, no ha sido suficientemente explicado por parte de las autoridades colombianas, quienes se han negado a la circulación pública de los términos del acuerdo con los EEUU, uno de los aspectos del controvertido Plan. Ello ha generado enormes resistencias, provenientes del Consejo de Defensa Sudamericano de la recién creada Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), organismo impulsado desde la convergencia geopolítica de Venezuela y Brasil, con la anuencia y apoyo de los presidentes de Bolivia (Evo Morales) y Ecuador (Rafael Correa), así como de Cristina de Kisnher (Argentina).
Hay un aspecto adicional que hasta ahora no ha sido muy nombrado, es el tema de los yacimientos de hidrocarburos existentes en el Golfo de Venezuela. Como se sabe, Colombia mantiene una controversia con Venezuela producto de la reclamación de espacios marítimos (plataforma continental, mar territorial y zona económica exclusiva) en esa localidad geográfica. La reclamación se basa en el hecho que Colombia cuenta con 36 kilometros de costa en el Golfo, derivado de la distancia existente en Punta Espada (sitio donde comienza el Golfo de Venezuela) y Castillete (frontera colombo-venezolana/hito N° 1). Esa exigencia histórica de Colombia, adquiere mayor peso al considerar el hecho que en esa zona se han descubierto enormes yacimientos de petróleo y tomando en consideración que los informes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) señalan que a nuestro vecino le quedan poco menos de 40 años de reservas de hidrocarburos, se comprenderá la gravedad del desarrollo de los planes militares en el Caribe por parte de Colombia y los EEUU, para la geopolítica energética del gobierno de Hugo Chávez.
Sí esto no es suficiente, no podemos dejar de señalar que esa Fase II, conlleva el reforzamiento de las bases establecidas en la Amazonía colombiana, con lo cual la amenaza de la presencia militar se extiende hacia Brasil. A todo ello, debe sumársele el clima antinorteamericano propiciado por una izquierda que tiene copado el escenario electoral en toda Sudamérica, con lo que terminamos en una situación de gran tensión para los inicios de la 2da década del siglo XXI.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador e investigador
Juane1208@gmail.com

MEDIDAS ECONÓMICAS Y PROSPECTIVA ELECTORAL

MEDIDAS ECONÓMICAS Y PROSPECTIVA ELECTORAL

Recientemente, en esta misma columna, señalamos que el PSUV tiene la ventaja de contar con el liderazgo personal de Chávez, que fácilmente se confronta con los muy dispersos y epilépticos personajes de la oposición. Todos los estudios de consultoras de opinión pública como Datanálisis, Consultores 21, IVAD, entre otras ratifican la preponderancia del liderazgo de Chávez sobre cualquier otro de la oposición, llámese Ledezma, Borges, Capriles Radosky, Pérez Viva y otros. La situación se torna más difícil cuando se mide la intención de voto según preferencia partidista, en ese caso el PSUV reúne una preferencia que circunda el 36% mientras que el resto de los partidos de oposición llegan – todos juntos- a un pírrico 9,5%. Eso, aunado a la especial división de las circunscripciones – que discute el CNE- le otorga una ventaja adicional al PSUV. Sin embargo, no todo es cálculo fácil para el partido de gobierno.
El ajuste económico anunciado este viernes pasado- que se ha dado en llamar el Viernes Rojo- tiene varias aristas. La 1era, es el enorme peso del gasto público y los programas sociales. El gasto social del ejecutivo nacional, paso a representar un 7,8% del PIB para 1998 a más de un 13,1% en 2007. Entre 2008 y 2009, la dinámica de incremento de gasto público se mantuvo, pero con un impacto negativo generado por la caída en los precios del petróleo a finales del último trimestre de 2008 y el 1er trimestre de 2009, que llevo a una reducción del precio del barril de petróleo de más de 100 US$ a menos de 40 US$. Dada la naturaleza del sistema económico venezolano, que depende de la conversión en bolívares de los ingresos por concepto de venta de petróleo, una reducción de los ingresos compromete seriamente la permanencia de los programas sociales. En esta óptica, la subvención que mantenía el Estado, al sostener la relación dólar/bolívar en 2,15 BsF se traducía en una pérdida de recursos que pudieran ser destinados a la inversión social. Adicionalmente, el mantener esa subvención se ha traducido en una paralización del aparato productivo, como consecuencia de la natural tendencia parasitaria del sector industrial venezolano, que ante esa acción del Estado ha optado por incrementar la importación en vez de invertir en producir nacionalmente. En este punto, debemos ser conscientes y señalar la indudable complicidad de algunos sectores corruptos en el gobierno nacional, que han otorgado dólares para incentivar la importación y con ello, hemos aumentado la dependencia del exterior.
Hay una 2da arista, y es el tema de la inflación. El costo de estas medidas sobre el índice de precios al consumidor (IPC) sigue siendo un tema álgido. La inflación acumulada de los últimos tres años (2007-2008-2009) 22,5%, 30,9% y 25,1%, que da un total de 78,5%, ha afectado consistentemente los ingresos de los venezolanos, sobre todo lo relacionado con el ingreso mínimo que bien se sabe ha sido esbozado como un logro del gobierno nacional, al elevarlo sustancialmente en los últimos años. Los economistas coinciden en afirmar que todo proceso de devaluación genera una espiral inflacionaria, en el caso nuestro todo dependerá del accionar del INDEPABIS y su desenvolvimiento para evitar un excesivo encarecimiento de los precios. Sea como sea, el punto central deviene del hecho de cómo se administra el manejo público de estas medidas, más aun cuando este es un año electoral. Por una parte, el cálculo del gobierno nacional es que con este ajuste monetario en la paridad dólar/bolívar el gobierno central recibirá, a través de la conversión de los dólares provenientes de la venta de petróleo, más bolívares fuertes que serán destinados al mantenimiento del gasto social. En esta acción hay un riesgo calculado, que es el efecto inflacionario que piensa ser comedido a través de las instituciones del Estado, pero esencialmente con la ampliación del gasto del sector público, destinado a atender a los sectores D y E, que electoralmente son claves.
Para el gobierno de Chávez, se trata por lo tanto, de adelantar una política de gasto público que permita mantener la inversión social en esos estratos, que precisamente son los que han facilitado su éxito electoral. Por su parte, la oposición se encuentra con una oportunidad dada por la devaluación, pero tienen la debilidad de no contar con una agenda de proposiciones que se presenten como alternativa a la agenda política, esa debilidad puede ser un elemento adicional en las posibilidades de éxito o fracaso de sus candidatos, en las próximas elecciones legislativas. Como sea, la oportunidad política que tiene la oposición parece perderse en una interminable crítica sin proposiciones, en este caso seguiremos con la hegemonía del PSUV y Chávez. Finalmente, el chavismo mantiene el reto de estructurar una política pública eficaz y libre de señalamientos de corrupción y lentitud burocrática, de no hacer la superioridad política puede ser puesta en entredicho en cualquier momento.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
12/01/2010

DESPUÉS DE LAS PRIMARIOS: RETOS POLÍTICOS EN VENEZUELA

DESPUÉS DE LAS PRIMARIAS: RETOS POLÍTICOS

Ya se completo el ciclo: la Mesa de la Unidad Democrática (MUD??) y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) procedieron a elegir a sus candidatos. Aunque hablar de elecciones significaría equiparar las consultas, y sin lugar a dudas hay diferencias importantes.
En 1er lugar, hay una distancia por el tema de la concurrencia. Mientras que la elección de la MUD fue parcial, no sólo en el número sino en los espacios,; la del PSUV fue total: en cada uno de los 87 circuitos que conforman las circunscripciones electorales.
En 2do lugar, hay una diferencia en la forma de entender la democracia que quedo manifestado en las formas de concurrencia y resolución electoral. Para la MUD la lógica democrática preponderante, está asociada a lo que se denomina la teoría elitista de la participación. En esta interpretación la participación es democrática pero sólo entre los pocos que reúnan un conjunto de condiciones, entre las que resaltan la virtud que se asume como conocimiento entre iguales. Dicho así, es democrática la “elección” de la MUD pues se dio entre iguales: los miembros de los partidos que formaban la mesa. En respuesta contraria, el PSUV generó una consulta que se concretó en una cifra: más de 3500 pre-candidatos sometidos a la voluntad popular. Esos candidatos fueron penetrados, escrutados y analizados por las percepciones que los militantes tenían sobre ellos, para permitirles o no la representación.
En 3er y último término, hay una diferencia muy marcada en cuanto al tema de la transparencia electoral. El PSUV hizo público el total de concurrentes y las actas, así como las cifras; en cambio la MUD se reservo esa información. Subyace en este comportamiento otra muestra contundente del temor a la participación mayoritaria sin duda alguna. Ahora bien luego de las concluidas las primarias y más allá de estas diferencias vienen un conjunto de retos que deben ser asumidos.
Para el PSUV, se trata de ponderar el accionar de aquellos candidatos que como Calixto Ortega, María de Queipo, Rafik Souki, por sólo nombrar a diputados zulianos, tuvieron unos niveles de compromiso y responsabilidad política muy importante en el lapso 1998-2010. Creo que no puede ser puesto en duda el compromiso que asumieron, la demostrada capacidad política manifestada, pero a pesar de ello; las bases enviaron un mensaje claro: quieren mantener un contacto más directo con sus representantes y ello con la finalidad de profundizar en la construcción de la idea de democracia y su sombra siempre fiel: la participación. El PSUV y sus responsables políticos deben evaluar este mensaje que fue remitido en forma de la voluntad general por sus militantes. Es un mensaje acerca del propio futuro del proceso revolucionario y las oportunidades de profundización del protagonismo popular en lo que resta del siglo XXI.
Por su parte la MUD, tiene el reto de ver como construye un discurso que hable de democracia cuando más del 80% de los candidatos que presentan, no fueron fruto de una elección verdaderamente democrática. El reto de criticar a Chávez, sobre la base de un supuesto – o real- autoritarismo, se ve seriamente comprometido ante la dinámica mediante la cual “eligieron” a sus líderes. Este aspecto es más preocupante, sí se considera las apreciaciones que tanto Luís Vicente león – Datanalisis- como Alfredo Keller han hecho sobre las expectativas de los electores que se definen como antichavistas. Ambos coinciden que ese sector pide a gritos una propuesta alternativa y eso precisamente, es de lo que más carecen en estos momentos. Sí la MUD no logra articular una propuesta alternativa a Chávez, más allá de la simple asignación de culpas, estaríamos asistiendo a una situación en donde el PSUV aseguraría de nuevo la mayoría.
Esto que decimos no debe generar exceso de confianza en la dirigencia del PSUV, ellos tienen el reto de generar un debate acerca del tipo de socialismo que impulsan estos candidatos. Creo que debe pasarse en el seno del partido, del maniqueísmo del uso del rojo para demostrar el carácter revolucionario, a un verdadero debate de ideas sobre cómo impulsar y entender el socialismo del siglo XXI, que aun no existe y debe ser construido sí se quiere mantener los espacios que se han conquistado. De lo que hablamos es una dinámica que conduce finalmente a pensar la vida democrática en las zonas que menos han sido debatida: en los espacios internos de las organizaciones partidistas. Sí vemos los procesos de los dos (2) últimos domingos, notamos una misma expresión: antichavistas y chavistas coinciden en que es importante el espacio de opinión a lo interno de las estructuras de participación ciudadana. Es decir, ambos coinciden – por encima de sus diferencias de apreciación ideológica- que la consulta entre los militantes es el mejor vehículo para dilucidar la forma de conducir la política en el hoy.
Construir la democracia a partir de estos procesos internos, tendrá su impacto en la propia vida social del venezolano. Ambas fuerzas se debaten en el campo de lo propositivo: el PSUV en sugerir un modelo socialista y la MUD, en sugerir una alternativa al agotamiento de la democracia representativa. Como sea, ambas actitudes es una ganancia y un avance para la vida política y para la representación de la democracia.


Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
05/05/2010

200 AÑOS DE PROBLEMAS NO RESUELTOS EN LA HISTORIA DE LATINOAMÉRICA

Clase Magistral

“200 AÑOS DE PROBLEMAS NO RESUELTOS EN LA HISTORIA DE LATINOAMERICA”

Dictada por
Dr. Juan Romero

El 20 de abril de 2010, en el Auditorio Carlos Marx
de la Universidad Bolivariana de Venezuela, Sede Zulia

(Grabación y transcripción
José Javier León
joseleon1971@gmail.com
www.josejavierleon.blog.com.es)


Agradezco profundamente a la UBV los espacios que nos ha brindado. Tengo además un compromiso en este Bicentenario. Todos saben y a quienes no lo sepan, les informo que soy historiador y además historiador formado en una matriz bastante distinta de lo que ha sido la matriz tradicional de interpretación histórica, y eso nos ha llevado a ir desarrollando algunos elementos muy importantes desde el punto de vista conceptual en torno a este Bicentenario.
Yo quiero comenzar mi intervención esclareciendo algo que se sigue marcando en los medios de comunicación, si ustedes vieron buena parte de los medios de comunicación ayer y hoy, hay dos grandes matrices o dos grandes temas de agenda, primero que «no hay nada que celebrar, absolutamente nada» y segundo que «si hay algo que celebrar es el hecho que la revolución del 19 de abril fue una revolución de blancos, de mantuanos». Eso no es fortuito, eso forma parte de una matriz de interpretación histórica impulsada desde la Academia Nacional de la Historia (estamos enfrentados precisamente a ellos), y es así porque esa matriz obedece, a mi modo de ver, a dos semánticas distintas, la semántica o discurso de la dominación, de la opresión, la coacción, versus la semántica del discurso de la liberación, de la reafirmación de la humanidad. Y es que si quisiéramos resumir la historia de la humanidad, la podemos resumir en torno a la lucha entre esas dos semánticas, la semántica del opresor que explota, que subyuga, que oprime, y la semántica, la dialéctica del que resiste, del que insurge, del que se rebela, del que se opone a la desestructuración de sus dinámicas, y es efectivamente la lucha entre esas dos semánticas la que hemos visto en la historia de la humanidad.
Pero, lamentablemente y esto es importante también decirlo, esa semántica no se ve en los libros de textos con los cuales enseñamos historia a nuestros alumnos, no se ve en los libros de texto de su hermanito, de su sobrino, de su ahijado, de su nieto, de su hijo. La semántica que está vertida en los libros de textos oficiales, y ese ha sido y se lo he dicho en las oportunidades que he visto a Aristóbulo, o cuando he coincidido con el ministro Navarro, se los he dicho, que ese ha sido el gran error y la materia pendiente de esta Revolución Bolivariana. Nosotros no hemos cambiado para nada los materiales didácticos con los cuales seguimos impartiendo clases. Si hablamos de construir un «hombre nuevo», y hablamos de construir un «nuevo republicano», si hablamos de construir un «nuevo ciudadano», los libros con los que enseñamos a ese supuesto hombre nuevo siguen reflejando al viejo republicano, al viejo ciudadano, una vieja lógica de la dominación, por lo tanto insisto (que) no hemos hecho gran cosa al respecto.
Y en el caso específico del proceso histórico venezolano la Academia Nacional de la Historia se ha hecho a la tarea de imponer esa lógica de la dominación, y nosotros sutilmente irla aceptando, y la aceptamos cuando repetimos frases como ésta… Ayer escuché al presentador oficial del discurso decir que «se iba a dar inicio a los actos de la declaración de la independencia», y me desestructuré como buen historiador que soy, porque eso puedo aceptar que lo diga alguien que no esté cercano al gobierno, que no esté articulado, pero alguien que esté articulado, y repita el mismo discurso de la dominación, no tiene ningún sentido. Lo que celebramos ayer, lo que comienza a celebrarse ayer, es el inicio contundente de la ruptura del nexo imperial y el labrado del camino de la independencia.
Además, y esto es importante, y desde la Comisión Nacional del Bicentenario lo hemos venido discutiendo con profunda seriedad, está el tema de establecer, desde esa semántica del opresor versus la semántica de la liberación, una unidad que existe, porque si bien ustedes ven que toda América Latina celebra el Bicentenario en estos momentos, en todo este año, (porque) en mayo ocurre en Argentina; en 1808 ocurrió en Quito la Primera Junta o el primer intento de Junta; en Montevideo; en septiembre en México; y así vamos en todo este año; si bien esto es así, yo llamaba a la reflexión sobre este hecho: en el año 2004 se celebraron 200 años, (es decir) el bicentenario de la primera revolución negroide exitosa en América, que fue la revolución de Haití. Yo no vi actos de conmemoración como los que estamos viendo ahora. ¿Por qué no vimos actos de conmemoración tan significativos como los que vemos ahora? Porque los negros en esa lógica de la dominación no hacen revolución, porque la revolución es parte de la semántica, de la construcción epistémica de la ciencia del blanco, y sólo el blanco es capaz de articular en esa lógica de la dominación un discurso coherente, y por lo tanto no se podía celebrar en el 2004 el bicentenario de una revolución surgida desde un espacio contrahegemónico, desde una lógica contrahegemónica, desde una semántica de la liberación. ¿Ustedes ven que pasó por debajo de cuerda? Fue un asunto casi doméstico de discusión entre historiadores el tema del Bicentenario de Haití, pero yo no vi manifiestos de los cabildos, no vi pronunciamiento de gobernaciones, no vi pronunciamientos ni discursos de los presidentes, no lo vi, y eso significa y es lo preocupante que el discurso de la dominación, esa semántica de la dominación, sigue caminando y arrastrándose entre nosotros sin que lo sepamos, y la única forma de deconstruirlo es denunciarlo y reconstruirlo a partir de su propia negación.
¿Por qué digo además esto? Porque desde la Comisión Nacional del Bicentenario y la Comisión Estadal de la cual me honro de ser asesor vemos con profunda preocupación que incluso historiadores nuestros se quedan en lo que llamamos la «fechalización» y la «emeritización». Yo tengo grandes amigos historiadores profundamente comprometidos con este proceso, que no tengo nada que dudar de su compromiso, pero su discurso histórico, y coincidimos hace 15 días en una reunión con el Presidente, era el mismo cuentito de Emparan y todo ese proceso. A mí esa historia no me sirve y no me sirve no porque quiero ignorarla, sino que no me sirve porque sin saberlo esos compañeros comprometidos están repitiendo ese discurso de la dominación que estamos enfrentando y que hay que enfrentar, no sirve de nada hablar.
Escuchaba a una de estas profesoras amigas hablar de la importancia de la abdicación de Bayona para explicar este proceso, y le decía yo «¡carajo es que no te das cuenta que lo que tú estás diciendo es que este proceso de insurgencia nuestro no sería posible si en Bayona, en Europa no se daba esa vaina! ¡¿Es que aquí no ocurría nada?!» Y me decía, es que no podemos ignorar el contexto internacional. Una cosa es no ignorar la oportunidad política del contexto internacional y otra cosa es ignorar que desde la propia irrupción del europeo hay un proceso de resistencia y que las exigencias de Guaicaipuro, de Nigale, de todo ese conjunto de compañeros indoamericanos tiene que ver con un planteamiento sustancial que va a ser parte del discurso de la emancipación, que es el derecho a la propia condición humana, y por lo tanto ese discurso de la emancipación que sí se vale, que sí se significa porque era escrito, resulta que ya estaba ahí en nuestra presencia indoamericana, y cuando decimos nuestros historiadores que la revolución de abril no hubiese sido posible sin la consecuencia del tratado de Tratado de Fontainebleau en 1807 y la Abdicación de Bayona de 1808, estamos sujetando la dinámica propia del cambio y la contradicción a un hecho europocéntrico. Si eso no es reproducción del discurso europeo, díganme ustedes qué es.
Y por lo tanto, los que estamos sosteniendo desde la comisión nacional es que este bicentenario que iniciamos es un ciclo, un ciclo que además hay que conectar con esa lucha de la resistencia, porque la motivación es la misma, está imbuida dentro de la confrontación entre la semántica de la dominación y la semántica de la liberación. Y en esa lógica, en ese planteamiento hay que entender por lo tanto las rebeliones de Andresote, la insurgencia de José Leonardo Chirinos, el proceso de los Comuneros, que se nos olvida. A nosotros se nos olvida que un conjunto de blancos de orilla en 1780 organizó una experiencia extraordinaria que sólo va a tener parangón en la comuna de París de 1800 y se nos olvida, y es una experiencia americana, nuestramericana, ¡ah, pero nadie la nombra! No significa que ignoremos el aporte de Miranda y su planteamiento de la Colombeia, en absoluto, yo no estoy diciendo eso, lo que estoy diciendo es que hay un conjunto de indicadores, un conjunto de rasgos que en esa dialéctica de la confrontación entre la dominación y la liberación están presentes desde mucho antes del 19 de Abril, y eso significa por lo tanto que la lucha continúa, que la lucha tiene sentido, y que en ese sentido de materias pendientes, de dialécticas de la liberación versus dialécticas del oprimido, tenemos que seguir construyendo y reflexionando.
Pero además, quiero decir algo que es sustancial, la Academia Nacional de la Historia, llámese Academia Nacional de la Historia de Venezuela, llámese Academia Nacional de la Historia de Colombia, llámese Academia Nacional de la Historia de México, llámese Academia Nacional de la Historia de Perú, cualquiera de las academias nacionales de la historia tiene el mismo discurso: las revoluciones de 1810 fueron revoluciones de blancos. Y revísenlo, revísenlo en los libros de texto. Pero voy más allá, hasta las representaciones pictóricas. Busquen las dos grandes representaciones pictóricas sobre los dos procesos que son iconos de la independencia, 19 de abril de 1810, 5 de julio de 1811, los dos cuadros de Juan Lovera, vean con detalle los cuadros de Juan Lovera y señálenme una sola mujer que aparezca, señálenme un solo mestizo que aparezca pintado, un solo negro, un solo zambo, un solo indígena, búsquenme uno solo, cuéntenmelo, les permito los dedos, estos dos y les sobran los dos. No hay ni uno, porque en la representación pictórica también hay la representación de la dominación, y resulta que entonces también en nuestros actos reflejamos la pintura de Juan Lovera del 5 de Julio y del 19 de Abril, sin darnos cuenta que en esa pintura está también subjetivamente la dominación, porque esa pintura invisibiliza a los sujetos sociales y ese es precisamente el interés de la historia de la dominación, invisibilizar, desaparecer a los sujetos sociales.
Y se ha logrado, lean el Acta del 19 de abril de conformación del gobierno y usted verá cómo nombran a Vicente Emparan, cómo nombran a José Cortez de Madariaga, cómo nombran a José Félix Ribas, representante del gremio de los pardos (si José Félix Ribas era pardo yo soy catire de ojos azules con cabello y frondosa cabellera además) ¿Y por qué sucede efectivamente eso? Ah, porque en la lógica colonial los pardos y los negros no hacen la revolución, no aparecen en la revolución y ese discurso lo hemos venido reproduciendo.
Y esta generación a la cual pertenezco, que es una generación intermedia, que tuvo profesores de gran valía pero que hoy estamos confrontados, hoy están en la acera del frente y nosotros de este lado confrontándonos dialécticamente, Elías Pino Isturrieta, Manuel Caballero, Manuel Suzzarini, Ángel Lombardi, un conjunto de individuos a los que le debemos… el propio Agustín Blanco Muñoz, gran amigo y compañero, pero que estamos enfrentados dialécticamente hoy, esa generación nunca dijo algo sobre lo cual mi generación sí reflexionó. Desde que yo era estudiante y trabajaba como asistente de investigación de Ángel Lombardi padre, sabíamos que la Academia Nacional de la Historia tenía 15 tomos de este color (con las dos manos hace un gesto para señalar unos 20 centímetro de grosor) para que ustedes tengan idea, que reúnen lo que se llama Expedientes sobre Juicios e Infidencias entre inicios del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Para explicarlo para que los que no son historiadores y no tienen que cubrir lo que nosotros llamamos «horas nalga» es decir horas sentados en un archivo leyendo documentos, los historiadores decimos que a nosotros nos pagan por «hora nalga», (porque) tenemos mucho tiempo trabajando con «esas cosas», resulta que los juicios de infidencias jamás habían salido a la luz pública, los tenía la Academia Nacional de la Historia desde su fundación allá por el año 1888. ¿Por qué la Academia Nacional de la Historia, nos preguntábamos nosotros, nunca hizo una reseña de un documento, nunca presentó un paper en un congreso, nunca publicó un libro sobre los juicios e infidencias? Algo debe pasar, decíamos. Cuando comenzó todo esto de la conformación de la Comisión del Bicentenario que comenzó realmente cuando se conformó la comisión muy amplia sobre la investigación sobre la muerte de Bolívar y tuve el honor de que me invitaran a formar parte junto con otros historiadores de mi generación, nosotros planteábamos en una reunión con el Presidente la necesidad de rescatar algunos archivos que están en manos de los Boulton, en manos de la Academia Nacional de la Historia, e hicimos especial énfasis en los juicios de infidencias, porque el olfato nos decía que algo había allí para que los tragalibros de la Academia Nacional de la Historia no hubieran publicado nunca ni una línea, y le insistimos al Presidente durante más de un año y nada. En octubre del año pasado finalmente nos dio respuesta, emitió un decreto, el decreto llegó a la Academia Nacional de la Historia, la gente del Archivo General de la Nación con mi buen amigo Luis Pellicer, investigador contemporáneo conmigo, tomó posesión de los 15 tomos y comenzamos a trabajar, a leer, a transcribir de la paleografía española característica del siglo XVIII, muy compleja, primero a mano y después a computadora, después el proceso de escaneado. Llevamos apenas, de los 15 tomos, cinco tomos escaneados y transcritos y nos hemos conseguido con cosas como esta...
De nuevo insisto en eso de la invisibilización, por que allí aparece Emparan, aparece José Cortés Madariaga, aparece José Félix Ribas, aparece Lino de Clemente, protagonizando el hecho, pero no aparecen los blancos de orilla, no aparecen los negros, no aparecen los pardos, no aparecen los indios, no aparecen los mestizos. Pero resulta que en los juicios de infidencias sí aparecen. Y cuando estamos trabajando ahora recientemente en el inicio del tomo VI, el primer juicio que nos conseguimos en el tomo VI, expediente XVI, del archivo de infidencias y juicios, es un proceso a un tipo común, Carlos Sánchez, 50 años, carnicero, pardo, es decir hijo de negro o negra con india o indio, y cuando comenzamos a leer el juicio nos llama profundamente la atención, como todos ustedes saben primero hay una declaración acusadora por parte del fiscal, cuando comenzamos a leer y a trascribir la paleografía del siglo XVIII el juicio a Carlos Sánchez, repito, carnicero, imagínense ustedes oficio más vil en la lógica de la dominación colonial que alguien que trabaja destazando reses, se llena de sangre y huele todo el día a carne putrefacta, no hay nada más vil en la lógica profundamente de castas de la sociedad colonial que el oficio de carnicero. Pero resulta que Carlos Sánchez, de 50 años, pardo, iletrado, sin dinero, es el capitán de las milicias de pardos, es el capitán de las milicias que fueron creadas cuando los corsarios y piratas comenzaron a invadir la capitanía general de Venezuela y se vieron en la obligación, porque los blancos criollos y los blancos peninsulares eran muy poquitos, de conformar milicias de pardos.
Y Carlos Sánchez, ese carnicero de 50 años, que no sabía leer y escribir, que era pardo, resulta que era el capitán de las milicias de pardos del 19 de abril de 1810, y cuando el fiscal lee las argumentaciones por las cuales va a juicio, dice que Carlos Sánchez, de 50 años, de oficio carnicero, casado, va a juicio por haber sido infiel al rey y haberse atrevido a posar sus manos y a detener bajo coacción al capitán general de Venezuela Vicente Emparan.
¡Señores, eso significa que no hay un coño de 19 de abril sin Carlos Sánchez! Pero como Carlos Sánchez era carnicero y pardo, e indigno, no podía aparecer firmando, Carlos Sánchez fue el responsable de apresar a Vicente Emparan cuando salió de la Catedral de Caracas de la misa de Semana Santa y de llevarlo detenido bajo coacción a cabildo abierto, donde ahí sí aparecen los blancos para decir que no aceptaban su imposición. Pero resulta que en el acta del 19 de Abril no aparece Carlos Sánchez, resulta que en nuestros libros de historia Carlos Sánchez no existe, resulta que si no le quitamos los archivos a la Academia Nacional de la Historia no sabemos que Carlos Sánchez existe, y eso hoy tiene un peso importante. Porque cuando decimos hay 19 de abril gracias a pueblo y a Carlos Sánchez estamos diciendo que las revoluciones las hacen los colectivos, y que la revolución carajo no la hacen los blancos, que la revolución no es una vaina exclusiva de los letrados, que la revolución es un acto colectivo que se reconstruye a sí mismo, y eso es lo que se está diciendo, y entendimos entonces por qué la Academia Nacional de la Historia mantuvo férreamente controlado ese archivo de juicios e infidencias, y entendemos entonces buena parte de la posición que nos confronta hoy en día con la Academia Nacional de la Historia, porque eso significa que así como eso sucedió en la Junta de Caracas, pudo haber sucedido en la Junta de Colombia, pudo haber sucedido en la Junta de México, pudo haber sucedido en la Junta de Buenos Aires, pudo haber sucedido en la Junta de Quito, porque en todas ellas, en toda Nuestramérica, y ese es otro término sobre el cual voy a deliberar, (sobre) las conceptualizaciones con las cuales nos identificamos, en ese espacio de Nuestramérica el 85 % como mínimo eran pardos, mestizos, negros, indígenas, no eran blancos, y es lamentable porque además, en los libros de historia de todos esos espacios de Nuestramérica se repite que la revolución la hicieron los blancos.
Y así como conseguimos ese juicio de infidencias hay juicios de infidencias también retenidos en Colombia, en Brasil, en Chile, en Argentina, en La Habana, en Puerto Rico, en México, en Costa Rica, en Uruguay, en Paraguay, en Nicaragua, en El Salvador, en Panamá, en Sevilla, (allí) deben estar esos juicios de infidencias y precisamente una de las primeras obligaciones que tenemos es que estamos preparando la edición de 400 mil ejemplares de los documentos transcritos de los juicios de infidencias, porque quién ha dicho que somos nosotros los historiadores la única voz autorizada para escribir la historia. Yo no lo he dicho, jamás lo he sostenido, creo -como decía Aquiles Nazoa- en los poderes creadores del pueblo, creo en las posibilidades de la construcción, y tanto es así que lo he visto. Voy a introducir aquí una pequeña anécdota: el día viernes hicimos una convocatoria a través del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura a un conjunto de colectivos, de maestros, de miembros de los Centro de Reflexión Comunitaria de Fundacite, de las Redes de Innovación Productiva, de las Redes de Alfabetización Tecnológica, y acudieron 350 maestros, líderes comunales, líderes comunitarios, al MACZUL. A las 9 y media comenzamos la actividad con un discurso de reflexión mucho más corto que este que estoy dando y que les prometo que será corto para que interactuemos, y los organizamos en grupos a partir de un conjunto de palabras sobre las cuales reflexionar: paz, solidaridad, ciudadanía, estado, nación, república, independencia, revolución, insurgencia, insubordinación, libertad. Después del mediodía, a eso de las tres de la tarde, ya habíamos terminado y ellos habían hechos sus carteles para presentar la experiencia, se paran los compañeros de la mesa de «paz» que habían hecho una presentación extraordinaria diciendo cómo entendían ellos la paz, diciendo que entendían la paz como respeto a las leyes, respeto a la condición humana, y se para una compañera wayuu, sequita por el hambre, chiquita por las penalidades, de La Sierrita, una localidad del municipio Mara, y se para ella después que intervienen sus compañeros, solicita la palabra y dice «profesor, ¿puedo intervenir?», «cómo no, intervenga». «Yo voy a diferir de mis compañeros, aunque estoy de acuerdo con lo que ellos dicen yo creo que hay algo esencial que nos falta a nosotros para construir la paz» y dice ella «no hay paz si pasamos hambre». Una compañera wayuu, que apenas si ha terminado con la Misión Robinson (de) asimilarse culturalmente al manejo de la imposición que implica el dominio del castellano, pero para ella la paz no es leyes, la paz es no pasar hambre. Yo le decía al compañero Nelson Márquez de Fundacite que escuchando eso yo pensaba que tenía que empaquetar mis maletas e irme a vivir en una playa porque no tengo nada que hacer en un aula de clases, cuando los colectivos son capaces de construir conceptos tan sólidos como esos.
Y eso me recuerda otra anécdota, como les dije, hace 15 días coincidíamos en Caracas en el Coloquio “De Abril a Abril, alcances de una revolución”, que reunió a todos los que hemos formado lo que llamamos la red de investigación y memoria de historiadores por el Bicentenario, que reúne en estos momentos a cerca de 50 académicos de diversas universidades y cerca de 450 líderes comunitarios de diversas partes del país, que estamos articulando en torno a las actividades del Bicentenario, y después que tuvimos el debate en el Palacio de Santa Rosa de Lima donde está el acta del 19 de abril, diagonal a la Catedral ahí mismo en la plaza Bolívar, y diagonal al edificio La Francia recientemente expropiado, decidimos trasladarnos a una comunidad muy populosa llamada Sarría, y en Sarría, una zona con una gran vivencia en organización, comenzamos a deliberar sobre estos conceptos. Y discutiendo nosotros sobre cómo entendíamos la independencia nos solicitó la palabra una mujer humilde, como de unos 75 años, marcada por el esfuerzo de la vida. Nosotros hablábamos de independencia, de condición humana, hablábamos de independencia como soberanía plena, pero ella pide la palabra y le damos la palabra, y cuando interviene comienza diciéndonos «profesores yo a ustedes los respeto mucho, los considero mucho, sé que ustedes son hombres y mujeres muy serias, pero la independencia de la que ustedes hablan yo nunca la he visto, yo no he sido independiente para haber evitado que dos de mis cinco hijos se me murieran de hambre, yo no he sido independiente para haber logrado culminar la primaria que nunca pude, yo no he sido independiente para haber logrado que mis hijos terminaran el bachillerato, yo no he sido independiente para no tener que trabajar lavando y planchando en casa de ricos toda mi vida para medianamente darle vida a mis hijos, por lo tanto profesores esa independencia de la cual ustedes me hablan es completamente irreal desde mi punto de vista». Nosotros hicimos como Condorito, ¡plof!, y después dicen que el pueblo no es sabio, después dicen que sólo desde la academia se produce conocimiento, y hay que escuchar a esos colectivos reflexionando sobre conceptos como estos para entender la enorme capacidad que tienen, y esto es clave en esta coyuntura, esto es clave en este momento histórico de América Latina, esto es clave para los retos que tenemos en la actual circunstancia histórica, porque se trata de un hecho importante, de un hecho significativo que tratamos de impulsar en esta discusión del Bicentenario:

1. Democratizar la historia
Queremos sacar la historia de los cubículos donde los historiadores cobramos por hora nalga cumplida, queremos salir de esa lógica, queremos que desde las colectividades, desde una visión retrospectiva, desde el hoy hacia el ayer, reconstruyamos esos manuales tan enmarcados en la lógica de la dominación, porque en esos manuales hay sectores invisibilizados y la invisibilización, la desaparición en esos manuales no es fortuita, es un mecanismo de dominación, es un mecanismo de control.

2. Un Ciclo Bicentenario
Nosotros asumimos el Ciclo del Bicentenario, y esto es importante decirlo, es un ciclo, no es sólo hoy el 19 de abril de 1810, sino que en el 2011 celebramos el bicentenario del 5 de julio de 1811, en el 2012 la pérdida de la Primera República, en el 2013 el bicentenario de la Campaña Admirable, en el 2014 el bicentenario del Decreto de Guerra a Muerte, en el 2015 la toma de Angostura, en el 2021 el bicentenario de la Batalla de Carabobo, en el 2026 el bicentenario de la convocatoria al Congreso Anfictiónico, en el 2030 el bicentenario del fallecimiento del Libertador. Es un ciclo bicentenario, es un ciclo que debe producir una profunda reflexión, una profunda reconceptualización desde el punto de vista del conocimiento y la epistemología de esa historia tan manipuladora, de esa historia tan cómoda, y dejar que las conferencias, que nuestros escritos, incluso (los) de nuestros historiadores nos echen el cuentico del Tratado de Fontainebleau entre Napoleón y Carlos IV que permitió la abdicación de Bayona en 1808, que permitió el surgimiento de las Juntas Conservadoras de los Derechos de Fernando VII, y que permitió las firmas de las actas de conformación de los gobiernos provinciales.

3. Ir más allá de la «fechalización» y la «emeritización».
Se trata, insisto, de ir más allá de lo que llamamos la «fechalización» y la «emeritización» que nos encierra y hace que esa historia sea ajena a nosotros, que la veamos lejana y que nos importe un bledo, que no nos interese absolutamente nada, porque en esa lógica no tiene valor, porque ahí no aparecemos, esa historia no está vestida de colores, esa historia no tiene diversidad étnica.

4. Dominación versus Liberación
En cuarto lugar, porque superar la fechalización y la emeritización es nuestro tercer gran objetivo en este Ciclo Bicentenario es plantear la reflexión sobre el Bicentenario como una dicotomía, la dicotomía entre la semántica de la dominación versus la semántica de la liberación, y ver esa dicotomía en un marco de larga duración temporal, más allá del hecho mismo de la fecha de 1810 o de 2010, y verlo en el proceso histórico nuestromaericano y mundial.

5. Desmontaje del cientificismo europocéntrico
En quinto lugar, y no por eso menos significativo, nos hemos trazado como objetivo el desmontaje de la mentalidad científica importada, de esa epistemología histórica que hace ver que los procesos que se dieron en nuestramérica son consecuencia de lo sucedido en Europa, que nuestras constituciones son unas constituciones consecuencia del debate que va a producir la promulgación de la Constitución de Cádiz de 1812. Y nuestros historiadores, porque además debo decirlo son nuestros historiadores militantes que lo dicen, no se dan cuenta de la trampa ideológica que subyace en el planteamiento cuando hacemos la historización, cuando reconstruimos históricamente el proceso desde la óptica esencialmente europea.
Nosotros nos negamos a esa dinámica, nos negamos a construir y a pensar el Ciclo Bicentenario desde la lógica de la dominación, desde la lógica de la mentalidad científica europea, y plantemos una ruptura epistémica con esa mentalidad científica europea, y por lo tanto decimos la ciencia no es neutra, y «no nos asumimos neutros» como decía Benedetti. Bienvenida la neutralidad de Octavio Paz, bienvenida la neutralidad de Manuel Caballero, bienvenida la neutralidad de Manuel Suzzarini, bienvenida la neutralidad de Ángel Lombardi, que sean felices siendo neutros, pero yo no voy a contribuir a hacer una historia neutra, creo en la historia comprometida, y comprometida sobre estos preceptos epistémicos que estoy diciendo. ¿Que no soy neutro?, me alegro de no serlo.

6. Nuestramérica
Por otra parte, y esto nos lleva en sexto lugar, a sostener lo que llamamos la reivindicación de la identidad nuestramericana, porque las dos denominaciones que han sido dominantes son parte de esa mentalidad científica importada. Cuando hablamos de América Latina hablamos del concepto de americano esbozado por los franceses y que se comienza a construir a partir de la invasión a México de Maximiliano. Cuando hablamos de iberoamérica y de hispanoamérica lo hacemos también desde la lógica de la dominación hispana y no nos damos cuenta y lo repetimos, y por eso, siguiendo a Martí, nosotros sostenemos desde la Comisión Nacional del Bicentenario que hay que hablar de Nuestramérica, esa América vestida de negro, de indio, de mestizo, de mulato, esa América mixta, compleja y diversa, Nuestramérica, no Latinoamérica, no Iberoamérica, no Hispanoamérica, porque es parte de esa mentalidad importada científica dominante.
Y hablar en clave nuestroamericana nos lleva lógicamente a resaltar la presencia histórica de lo que llamamos los sujetos subalternos, los sujetos dominados que no han aparecido en la historia y que los archivos y estas nuevas investigaciones nos dicen que están y siguen haciendo historia hoy en día.
Si no, véanlo en América Latina, pásense por el panorama de noticias mundiales y usted verá, usted encontrará cómo ese pueblo vestido de colores está activamente articulado y movilizado, y eso nos lleva en este esfuerzo científico a construir nuevas categorías, y por eso es que comenzamos utilizando a Martí, proponiendo la sustitución de la denominación Latinoamérica o iberoamérica por nuestramérica, hay que comenzar por reconceptualizaciones muy importantes para desmontar toda la estructura de dominación científica que enseñamos en nuestras escuelas y a través de nuestros manuales de historia, y eso significa por lo tanto que nos declaramos en combate permanente contra un imaginario historiográfico de la dominación que subyace en los discursos oficiales, que subyace en los discursos de las academias, que subyace en las celebraciones pomposas.

7. La continuidad de la Revolución
Finalmente, debemos exaltar la continuidad de la revolución, y esa continuidad se da en dos condiciones que estuvieron presentes ayer y que están presentes hoy. Uno, el carácter antiimperialista, porque las revoluciones del siglo XIX fueron de ruptura del orden imperial; y dos, el carácter anticapitalista. Ambas revoluciones, la de ayer y la de hoy, tienen esa continuidad epistémica.
Muchas gracias.

lunes, 12 de abril de 2010

CHÁVEZ Y EL FIN DE LA DOCTRINA MONROE

CHÁVEZ Y EL FIN DE LA DOCTRINA MONROE

La reciente gira por Europa señala un aspecto de la geopolítica de América Latina de la cual habíamos resaltado algunos elementos. Se trata de la culminación de la Doctrina Monroe en el contexto geográfico latinoamericano y sus implicaciones tanto para EEUU como para el resto de los países de Centro, Suramérica y El Caribe.
Como es de todos conocidos, James Monroe presidente de los EEUU entre 1817-1825 formuló estas líneas de acción del gobierno norteamericano que se resumen en tres acciones: 1) negativa a permitir nuevas colonizaciones europeas en América, 2) abstención de los EEUU en los asuntos de Europa y 3) no intervención de los europeos en los gobiernos de América latina. Esas tres acciones se tradujeron y complementaron con las expansiones territoriales de norteamericanas, principalmente a costa de territorio mexicano, la compra de Luisiana a Francia y la adquisición de la Florida a España; con ellas los EEUU se enrumbó a la consolidación de una hegemonía en la región que se ha visto disminuida en los últimos años.
El gobierno de George W. Bush, ha escogido tener una mayor prioridad para otros espacios geográficos, constreñidos al denominado “creciente mayor” (Asia Central y Oriental, Medio Oriente) en donde tiene intereses asociados al tema petróleo y que le ha permitido intervenir en dos de las mayores reservas energéticas del mundo (Afganistán e Irak). Sin embargo, esa selección ha tenido su costo geopolítico, que se manifestó en la introducción de capitales europeos y asiáticos con inversiones estratégicas en áreas económicas vitales, principalmente asociada con recursos naturales de gran valor geopolítico (carbón, petróleo, gas, puertos, vías de comunicación). Acompañando este proceso nos encontramos una dinámica institucional de surgimiento de nacionalismos petroleros de nuevo tipo en América Latina, principalmente signada por una conciencia histórica del significado geopolítico de los recursos energéticos que disponen. Gobiernos como los de Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador, han levantado la bandera de la defensa de los recursos petroleros y lo han empleado para lograr mayores beneficios económicos para sus ciudadanos.
Estos principios de defensa de la soberanía energética, se han enfrentado con la pretensión norteamericana de mantener un espacio de intervención a través de la acción ejecutada por las fuerzas armadas colombianas, que han sido laboratorio de aplicación de la denominada revolución en armamento militar (RAM), que se traduce en la utilización de los avances en ciencia y tecnología en el área militar. Este desequilibrio generado por Colombia en su asociación militar y estratégica con EEUU ha derivado en el acercamiento con otros focos de la arquitectura mundial o del sistema- mundo, particularmente con países como Rusia y China, que tienen interés en el acceso a explotación conjunta de hidrocarburos y gases, y que además han prestado asesoría y apoyo militar a nuestro país y a otros en el área. El resultado de esta modificación de la tradicional área de intervención norteamericana, aunado al surgimiento de países enmarcados en políticas nacionalistas ha derivado en la culminación de la Doctrina Monroe.
Como parte de esa culminación, el gobierno de Chávez adelanta acercamiento con otras áreas estratégicas mundiales. El contacto y alianza estratégica con Rusia y China( que a su vez tienen vínculos comerciales con Brasil y Brasil con nosotros), para generar proyectos conjuntos que se traducen en un incremento de la inversión de esas naciones en áreas asociadas al petróleo y el gas, aunado a la incorporación cada vez mayor de países europeos (Portugal, España, Francia, Italia) en la conformación de proyectos conjuntos de explotación, exploración y refinación de petróleo. No hay que olvidar, que en la medida que se produce la certificación del petróleo pesado de la faja del Orinoco, que nos coloca con un potencial superior a los 270.000 millones de millones de barriles de crudo (cerca de un 25% de las reservas mundiales, superando a Arabia saudita que tiene 180.000 millones de millones), nuestro país cobra mayor significado estratégico. Estas alianzas, que acaba de firmar colocan un cimiento más el entierro de la hegemonía dominante de los EEUU en la región, y abre nuevos espacios para el desarrollo de políticas independientes y de integración sur- sur. En este contexto es que debe ser vista la gira de Chávez a Europa. Asistimos a un momento clave en la nueva arquitectura mundial que hay que seguir con mucha atención.

Dr. Juan Eduardo Romero
La Universidad del Zulia
Historiador
Juane1208@gmail.com
28/07/2008

CIRCUNSCRIPCIONES ELECTORALES EN EL ZULIA

CIRCUNSCRIPCIONES ELECTORALES EN EL ZULIA 2010.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) aplicando lo que fue aprobado en la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPE) anuncio las nuevas circunscripciones electorales en el país. Se ha comentado mucho la aparente diversidad de criterios utilizados para trazar esos circuitos, pero sin entrar en muchos detalles se trata de una jugada política destinada a mantener la hegemonía – en el sentido gramsciano- del PSUV en la Asamblea Nacional.
Como siempre, la oposición ha pataleado, protestado, se ha alterado sin resultado alguno, eso les demuestra -.una vez más- el enorme error político que cometieron al no concurrir al proceso electoral de 2005, bajo el falso alegato que no iban a alcanzar casi ninguna representación en la Asamblea. Resulta cómico recordarles la fatuidad de su argumento, mediante un ejercicio de memoria histórica: en 1988, la Cauda Radical sólo alcanzó tres (3) diputados en las elecciones legislativas nacionales – Aristóbulo, Pablo Medina y Andrés Velásquez- sin duda, era un contraste insignificante con la obvia mayoría de AD y COPEI. Esos tres diputados, hicieron tal ruido, generaron una agenda alternativa tan importante que en las elecciones de 1993 llegaron a tener casi 30 diputados. Eso demuestra la falsedad del argumento y las posibilidades que un conjunto disidente de diputados pueden procurar.
La decisión del CNE, tendrá su impacto en el Zulia, pero ese resultado aparte del hecho del análisis histórico del comportamiento electoral en las circunscripciones debe ser vista bajo dos parámetros importantes: 1) el establecimiento de una agenda política destinada a direccionar las preferencias del voto en los electores y 2) la elección democrática y directa de los futuros representantes. Creo que no debemos permitir y en ese debemos incluyo al CNE, que no se produzcan elecciones internas tal como lo establece la Constitución, es clave ese proceso en esta coyuntura crítica.
Ambos parámetros pueden hacer que los resultados brutos que presentaremos – en base a la votación de 2008- puedan ser o no tendencias ciertas en la elección del 2010. Como se sabe, el circuito N°1 quedo conformado por los Municipios Rosario de Perijá, Machiques y Jesús maría Semprún, en el 2008 el PSUV triunfo en Machiques, en Rosario y en Jesús María Semprún. En los 2dos primeros municipios con muy estrecho margen y con mayor en el último. Todo ello hace presumir que el PSUV se adjudica el diputado en ese circuito, tomando en cuenta las dos variables que señalamos inicialmente. El circuito 2, está conformado por Jesús Enrique Lossada y La Cañada de Urdaneta. En Lossada ganó Un Nuevo Tiempo (UNT) y en La Cañada el PSUV, sin embargo Lossada tiene más población electoral y todo hace presumir que UNT gana. El circuito 3, conformado por Páez, Almirante Padilla y Mara nos permite decir – sin duda alguna- que el PSUV se impone. El circuito 4, que incluye a las parroquias de Maracaibo como Venancio Pulgar, Idelfonso Vásquez y Antonio Borjas Romero en todas ellas ganó el PSUV y es de esperar que se repita. El circuito 5, que incluye las parroquias Coquivacoa, Olegario y Juana de Ávila, muy seguramente será de UNT.
El circuito 6, que conforman Raúl Leoni, Carraciolo Parra, Chiquinquirá, Bolívar y Santa Lucía históricamente ha sido controlado por UNT y no hay posibilidades de alterar ese resultado. El circuito 7, Cacique Mara, Cecilio Acosta y Cristo de Aranza también será de UNT. El circuito 8, que incluye San Isidro, Francisco Eugenio Bustamante, Luís Hurtado Higuera y Manuel Dagnino debe ganarlo el PSUV.
El circuito 9, que incluye únicamente San Francisco debe ganarlo el PSUV gracias a los efectos de la gestión del Alcalde y la organización que ha procurado. El circuito 10, de Miranda, Santa Rita y Cabimas debe estar muy disputado, pues UNT es fuerte en Santa Rita y sí va unido en Cabimas puede revertir la incidencia de votos de Miranda, creo que el PSUV puede llegar a perder ese circuito dependiendo de la calidad del diputado que UNT proponga. El circuito 11, Simón Bolívar, Lagunillas, Valmore Rodríguez y Baralt, ahí por la naturaleza e impacto de los votos de Lagunillas – más de 41000- debe ganar UNT, a pesar que el PSUV debe obtener más votos en Baralt y Valmore Rodríguez. El circuito 12, Catatumbo, Colón, Francisco Javier Pulgar y Sucre, el PSUV debe triunfar en Colón, Francisco Javier Pulgar y Catatumbo con lo que obtendría el diputado.
Como vemos la sumatoria daría 5 para UNT y asociados, mientras que el PSUV obtendría siete (7). Quedaría por definir las circunscripciones por lista y es de esperar que el diputado indígena lo obtenga el PSUV. Eso significaría que en el mejor de los casos el PSUV obtendría ocho (8) diputados y UNT podría ganar los circuitos listas. De nuevo todo depende de la calidad de los candidatos y su agenda política. Sin embargo, queda planteado un escenario de análisis interesante, ya veremos¡¡¡

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
27/01/2010.

el 4 de febrero y sus raíces históricas

EL 4 DE FEBRERO Y SUS RAÍCES HISTÓRICAS

Hace 18 años, todo el mundo en nuestro país se preguntaba que había pasado. El país había transitado de ser una de las democracias modelos en toda Latinoamérica ha ser sacudida por dos acontecimientos significativos: una revuelta popular en 1989 y un golpe de estado. En la lógica del venezolano promedio, penetrado por el status quo y las relaciones de poder hegemónica, estos dos acontecimientos eran una anomalía histórica. Sin embargo, no había apreciación más errada que esa.
La acumulación de contradicciones profundas, derivadas de la lógica del sistema capitalista y las formas políticas que adquiere habían hecho explosión. No puede perderse de vista, que el modelo de democracia representativa instaurado en 1958 se basaba en dos condiciones esenciales: 1) insistir en el consenso y 2) evitar el conflicto. Esa obsesión por la estabilidad se tradujo en la minimización de los enormes contrastes desde el punto de vista social y económico existentes en Venezuela. Eso fue posible, dado el carácter rentista de la economía venezolana. No hay que olvidar que la propia naturaleza productiva del negocio petrolero en nuestro país es profundamente rentable: hasta el día de hoy la diferencia entre el costo de producción de un barril de petróleo y su costo de venta es sumamente favorable. Sí bien, entre 1958-1973 el promedio del barril del petróleo fue relativamente bajo – oscilando entre 2,30 y 5 US$- a partir de la guerra del Yon Kippur, los precios del barril del petróleo se elevaron generando con ello que el Estado venezolano contará con recursos significativos para financiar el gasto público. Esa disposición permitió durante mucho tiempo mantener el clima de estabilidad – aparente- que tanto anhelan algunos venezolanos. No obstante, ese clima era artificial. Las contradicciones y contrastes permanecían intocables, las limitaciones del status quo a formas de participación no mediadas por los partidos históricos (AD, COPEI y URD) eran muchas. La renta petrolera no era efectivamente distribuida y el capital nacional y trasnacional se beneficiaba de ello. No se había atendido el tema de la pobreza y cuando en 1983 hizo crisis el modelo rentista, las contradicciones afloraron con mayor rapidez. Ante ello, los partidos políticos insistieron en mantener el clima consensuado a pesar de ser imposible – desde el punto de vista institucional y económico- hacerlo, pero su insistencia en mantenerse como si nada hubiera ocurrido después del Caracazo – en febrero de 1989- facilitó la manifestación de un conjunto de militares, muy lejanos del clásico militarismo que había afectado a América Latina.
Lo demás es bien sabido. Chávez, Arias, Ortiz Contreras y compañía dieron un golpe de estado que fracaso, pero yo no quiero centrar mí reflexión sobre un tema por lo demás trillado. Quiero que los lectores de esta columna entiendan – al igual que algunos militantes de la sección militar del PSUV- que su accionar tiene raíces muy profundas en el pensamiento político venezolano. Y no se trata sólo de la simplicidad de señalar las vinculaciones de Chávez con los ideales de la guerrilla de los 60. Se trata de comprender que tiene que ver con una ruptura política que se dibujo en los inicios del siglo XX. En pleno período gomecista, mucho antes de los acontecimientos de febrero de 1928, se venía gestando un proceso de maduración y cambio socio-político. En ese cambio nombres como José Pío Tamayo, Salvador de la Plaza, Gustavo y Eduardo Machado, Miguel Otero Silva, comienzan a reflexionar sobre el impacto del imperialismo en la zona del Caribe. El hecho que se diera esa reflexión en nuestro país no es fortuita: en toda el área había un clima antiimperialista que termino en la conformación de la Liga Antiimperialista del Caribe, en donde encontramos nombres como César Sandino, Farabundo Martí, Victor Raúl Haya de La Torre, Juan Bosh, entre otros. Fueron ellos, los que van a introducir la discusión sobre las posibilidades de construcción del socialismo en estos lares. Ya José Carlos Mariategui había pensado sus tesis filosóficas sobre la realidad latinoamericana y a ella, se sumarían otras reflexiones sobre el camino que venía sugiriendo Lenín – ya triunfante en Rusia- y la propia realidad latinoamericana.
Las raíces de ese camino por construir planteó una disyuntiva: 1) andar el camino de la reforma sin modificar las condiciones de explotación social y económica o 2) profundizar los cambios y construir otro modelo democrático. Esa disyuntiva, fue lo que llevó a Rómulo Betancourt a distanciarse de Salvador de la Plaza, Gustavo y Eduardo Machado, para pasar a encabezar el propio Rómulo Betancourt el compromiso de construcción de un modelo cercano a la socialdemocracia, de cuyos peligros ya advertía Rosa Luxemburgo en 1912. Esto es importante recordarlo, pues el reconcomio de Betancourt con los “pacos” – comunistas- se extendería hasta su 2do período de gobierno (1959-1963) y marcaría el proceso político hasta la llegada de Chávez. Se trata de entender que Chávez es producto de una revancha histórica de la izquierda sobre la socialdemocracia, y al mismo tiempo entender que es un fenómeno de enormes raíces históricas.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
02/02/2010

EL CASO ALVAREZ PAZ: ¿LIBERTAD O LIBERTINAJE?

EL CASO ALVAREZ PAZ: ¿LIBERTAD O LIBERTINAJE?

El caso en torno a las declaraciones de Oswaldo Álvarez Paz, es propicio para rescatar una discusión teórica muy importante en el área de la opinión. Debemos comenzar por señalar que la idea de opinión inicialmente está asociada a la expresión latina opinio, que se refiere más a una idea que a los hechos. En este sentido, esa acepción de opinión se encuentra más cercana una forma de percepción de la realidad. Hay una 2da forma de entenderlo, que está asociada a una cuestión moral o costumbre; en esta circunstancia la opinión es una forma de presión social. El pensador liberal John Locke, fue quién señalo que la opinión más que una forma de conocimiento es un mecanismo de aprobación o censura social.
Por otro lado, nos encontramos con la idea de público, que como bien es sabido es producto también de la revolución liberal. Antes de las revoluciones burguesas, dadas a partir de la Revolución Liberal Inglesa de Cromwell en el siglo XVII, lo único realmente público era el soberano, el Rey. Los demás sujetos de la sociedad en el antiguo régimen no eran públicos, de ahí su categoría de súbditos. Será la revolución del pensamiento liberal la que introduzca y fusione la idea de públicus, que es una derivación latina de populus, es decir “el pueblo”. La opinión pública estuvo asociada a la idea de divulgar las ideas, por ello se construye una representación en donde el debate de las ideas debe escapar del control del Estado, y de esa forma se hace socialmente aceptable hablar que la defensa de la libertad de expresión viene asegurada por el restringido control que puedan tener las estructuras del Estado sobre los instrumentos – periódicos, revistas, otros- de información. De esta manera se confunde por un lado libertad de expresión con libertad de información. La libertad de expresión, es un principio filosófico de la libertad desde el punto de vista de la condición humana, sin embargo la propia doctrina liberal comenzó a debatir sobre la necesidad de establecer responsabilidades a la expresión del pensamiento. No era posible aceptar, dado el carácter de empresas de intereses que adquirió la prensa escrita, sobre todo a finales del siglo XIX y todo el transcurso del siglo XX, una libertad de expresión sin ningún tipo de responsabilidad sobre otros aspectos esenciales como la ética y la moral.
En torno a la libertad de información, está asociado cada vez más con la ampliación de la esfera pública y el incremento de la participación ciudadana, pero esto no ápice para confundir una con la otra. La libertad de expresión como la libertad de información tiene limitaciones que derivan de consideraciones éticas. No pueden expresarse opiniones ligeramente, sobre todo en torno al debate de la agenda política, sin que medie una prueba determinante de las afirmaciones que se hacen. Este aspecto es esencial en el debate de la agenda pública y la agenda política que sucede en nuestro país. Es común observar como los medios – impresos, audiovisuales- y los periodistas o los generadores de opinión, emiten declaraciones cargadas de irresponsabilidad y al hacerlo lo hacen escudados en la libertad de pensamiento, que fue – y es- un principio sustancial de la democracia. Pero es menester señalar, que la libertad de pensamiento debe estar sostenida sobre la responsabilidad en la naturaleza de lo expresado- No podemos sencillamente avalar la emisión de un conjunto de conceptos y categorías sin ningún tipo de validez o solidez teórica o práctica. En el caso de Álvarez Paz, tiene el derecho de expresar una forma de ver la realidad del país, pero cuando pasa a realizar acusaciones que tienen implicaciones jurídicas, debe acompañarlas por pruebas. Yo no puedo, a la ligera, utilizar este espacio para acusar a alguien a menos que sea capaz de demostrar lo que yo señalo. Hacerlo de otra manera es una gran irresponsabilidad. Lo sucedido es otra ocasión más para generar un debate sobre la libertad de expresión e información en nuestro país. Y digo que es una ocasión más, pues lo sucedido con el cese de la concesión a RCTV fue otro momento. El debate, como ahora, se centró en que ese medio es la representación de la libertad de expresión e información, cuando ambas son una característica de la condición humana.
No puede seguirse confundiendo una argumentación que surgió a partir del siglo XVIII como una defensa ante el enorme poder del Estado ante los públicos. Es en ese momento, donde aparece la idea que los medios impresos – periódicos- son el epicentro del derecho a la información, pero en ese momento cuando existían aun enormes trabas para la consolidación de los derechos políticos era comprensible esa argumentación, pero hoy tres (3) siglos después, donde existen dinámicas tan diversas, canales de participación tan variados,; no se puede seguir argumentando futilidades al respecto. Como bien es conocido, los Art. 57 y 58 de la Constitución de la República Bolivariana, establecen el derecho a la expresión de sus ideas con las responsabilidades del caso, y es precisamente esta limitante la que está siendo objeto de discusión con el caso Álvarez Paz.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
24/03/2010

ANATOMÍA DEL PSUV EN EL ZULIA

ANATOMÍA DEL PSUV EN EL ZULIA

Dr. Juan Eduardo Romero/Historiador

El Zulia es la entidad federal más importante de Venezuela, no sólo por el tema petrolero, también por su agregado político. Un espacio geográfico que comparte un trozo de los más de 2.200 kilómetros de frontera con Colombia y que además reúne una población electoral significativa – unos 2.082.916 votantes registrados- que representan casi el 15% del universo electoral del país. Históricamente, el estado Zulia ha tenido un comportamiento dispar en relación con el país nacional; la explicación de este hecho debe ser vista en un contexto más general de construcción de una identidad histórica asociada al pasado de ciudad-puerto y que asume una diferencialidad antropológica. Esa diferencialidad mezclada con el orgullo identitario ha sido un arma política utilizada por la oposición a Chávez en la región.
El chavismo, ha sido una fuerza política caracterizada por su dispersión en la entidad. Desde sus inicios en el año 1997 se conformo un cuadro de liderazgos personales que de alguna manera aun sobreviven: figuras como la profesora Marìa de Queipo con una actividad importante en la Universidad del Zulia, Silvestre Villalobos, Jorge Duràn Centeno (actual embajador en Panamá), son sólo algunas tipificaciones de ese personalismo político. En general, hasta antes de la organización del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no podríamos hablar de una organización bien estructurada en el Zulia. Precisamente esa carencia, es lo que explica las escasas posibilidades que tuvo el extinto Movimiento Quinta República (MVR) para tomar el poder político.
Las conflictividades internas reflejan una debilidad en el liderazgo regional de las fuerzas del chavismo y traslucen los problemas de los que hablaban los teóricos del marxismo al referirse a la necesidad de un partido bien estructurado. Siguiendo a Antonio Gramscí, el chavismo no ha sido capaz de constituirse en un bloque hegemónico de poder por la dispersión interna. Sin embargo, se debe precisar que desde el año 2006 con el triunfo de Chávez en las elecciones presidenciales se ha venido observando un esfuerzo organizativo que se tradujo en la conformación de una propuesta que propende a reunir las diversas personalidades políticas que se desenvuelven en la región. La conformación del PSUV ha hecho coincidir las diversas tendencias que sobreviven del chavismo inicial: la militarista, que está representada en la figura de Durán Centeno y que agrupa a los militares que participaron en el intento de golpe de 1992; la izquierda histórica representada por personajes como José Huerta, Emilio Chirinos, Arnoldo Olivares entre otros que vienen de una militancia y participación activa en organizaciones que hicieron oposición a las fuerzas de AD y COPEI en la región; la universitaria encarnada en figuras como María de Queipo, Marío Isea, Rodrigo Cabezas entre otros, que vienen del movimiento universitario tan importante en la década de los años 80 y 90 del pasado siglo XX; y finalmente la de aquellos sectores que fueron sumando sus esfuerzos al chavismo provenientes del vínculo con Arias Cárdenas, entre los que cabe señalar al propio Gian Carlo Di Martino.
Esas fuerzas coexisten con diferencias y perspectivas disímiles acerca de la dinámica de construcción del partido y la forma de articularse con el poder popular, sin embargo han coincidido en la necesidad de organizarse en torno al PSUV buscando con ello construir un bloque histórico en el sentido gramsciano del término, que les permita ser una opción capaz de concretar el avance del proyecto bolivariano en el Zulia.
El chavismo ha progresado – con altibajos- en su caudal electoral regional. En el año 2006, obtuvieron un total de 724.254 votos, ganándole al candidato Manuel Rosales en su propio terreno. Esa cifra es significativa del impacto del liderazgo personal y carismático de Hugo Chávez, sobre todo si se compara con los votos obtenidos por el chavismo en el año 2005 en las elecciones al parlamento nacional cuando a través de la UVE y el MVR obtuvieron algo más de 350.000. Sin embargo, el año 2007 reflejo la debilidad estructural y organizativa del recién creado PSUV pues en la consulta del referendo por la Reforma Constitucional del 2 de diciembre obtuvo 472.462 votos en la opción del Bloque A y 467.958 en la del Bloque B, reduciéndose su caudal electoral. Los efectos del referendo del 2-D se sintieron en la conformación de los liderazgos internos del partido. Figuras como Rodrigo Cabezas – Ministro de Finanzas en su momento-, Gian Carlo Di Martino (Alcalde de Maracaibo), Gral. Carlos Martínez Mendoza (Presidente CORPOZULIA) comenzaron a disputarse un espacio de poder en lo interno.
El resultado de esa disputa fue el triunfo de la candidatura de Di Martino para la gobernación y el desplazamiento de Rodrigo Cabezas en lo interno, llegando a su sustitución como Vice-presidente del PSUV en la región Zulia-Falcón. Los resultados del proceso de elecciones para gobernador de noviembre 2008 y la subsecuente derrota de la opción de Di Martino, volvió a abrir la brecha ideológica a lo interno del partido. Electoralmente, la Vice-presidenta del PSUV, Jackeline Farías, ha tenido que sobrellevar la presencia del ex alcalde y el descontento que genera hacia ciertos sectores, pero al mismo tiempo no se puede negar que logró elevar la votación del partido a 658.724 votos. Ese caudal electoral, que no termina de ratificar un liderazgo interno, explica la disyuntiva en la que se encuentra el PSUV en este momento: 1) reestructura su base de poder, a través de nuevas elecciones internas o 2) se organiza en torno al liderazgo de Farías-Di Martino. Ambas opciones tienen sus riesgos: la 1era, puede conducir a un nuevo cisma interno, dada la supervivencia de las diferencias personales en el partido, sin embargo puede crear las bases para un relegitimación de la organización popular; la 2da opción puede terminar incrementando la fragmentación y cierta desorganización existente.
Después del proceso del noviembre, la tendencia de Rodrigo Cabezas resulto favorecida. La cercanía con los alcaldes de Mara, Páez, Padilla, Cabimas, Colón, San Francisco entre otros triunfadores de las elecciones regionales, mantiene viva la figura del ex Ministro y coloca en una difícil situación interna a los seguidores de Di Martino. No hay un enfrentamiento directo, pero sin duda en lo interno las fuerzas se movilizan para dirimir su liderazgo político en el partido.
Todo ese escenario, debe estructurarse sobre la imperiosa necesidad que tiene el PSUV de construir una matriz informativa capaz de minimizar la campaña mediática construida por Manuel Rosales y sus asesores, en donde se presentan encarnando el sentido y significado de la zulianidad. Sí el PSUV no es capaz de elaborar un discurso que lo identifique con la imagen regional sus posibilidades políticas se ven reducidas al mínimo y con ello, las diferencias internas no serán subsanadas. La disputa reciente por el puerto y aeropuerto de Maracaibo es una oportunidad política para definir el curso del futuro del PSUV, sí el partido logra sobrevivir a los sentimientos regionalistas y debilitar a Rosales en su liderazgo, entonces veremos surgir una nueva estrategia de liderazgo político que pudiera permitirle a Chávez y sus fuerzas tomar la plaza del Zulia, sin embargo todo está sujeto al accionar del PSUV y su capacidad para articularse coherentemente.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador-analista político
Juane1208@gmail.com
20/03/2009

El socialismo en Venezuela

EL SOCIALISMO EN VENEZUELA: DEL MAS AL PSUV

El debate en torno a la construcción del socialismo en Venezuela ha pasado por dos actores realmente significativos. Uno de ellos, el Movimiento al Socialismo (MAS) surgido en los inicios de la década de los años 70 del pasado siglo XX, producto de una división del Partido Comunista de Venezuela (PCV). El otro, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), surgido de una estrategia de unidad de fuerzas planteado por el presidente Hugo Chávez inmediatamente después de su triunfo en diciembre de 2006.
Existe, en nuestra modesta opinión como estudioso de la historia de las ideas en Venezuela, un tronco común entre ambos proyectos: la negación al dogmatismo soviético o del denominado socialismo real. Tanto el MAS como el PSUV, llegaron a manifestar en boca de algunos de sus principales representantes (Teodoro Petkoff, Hugo Chávez) críticas muy fuertes a la desviación del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), que condujo a la toma de decisiones excesivamente limitantes al debate y la discusión, terminando en la construcción de una sociedad muy rígida, negadora del carácter revolucionario del socialismo planteado por Marx, tanto en El Capital como en otros trabajos.
La forma como lo negaron establece una diferencia entre ambos movimientos. Mientras el MAS, inicialmente se definió como un partido socialista de afiliación marxista-leninista, progresivamente fue cediendo paso a la discusión en torno a la construcción del socialismo para desplazarlo por un reformismo que terminó en esa estructura caduca y pragmática que es hoy. La posición ejemplificada en la actitud de antiguos dirigentes del MAS, como Julio Montoya o mi buen amigo Willian Barrientos, que hoy están del lado de la socialdemocracia – representada por Un Nuevo Tiempo- refleja una vieja discusión que se planteó en lo interno del MAS, acerca de la imposibilidad de construir un proyecto socialista alternativo al hegemónico de AD y COPEI en las décadas de los 70 y 80, y por lo tanto concluían que era imperativo subsumirse en estos movimientos políticos para ser una opción de poder.
Por su parte el PSUV, también se encuentra en la disyuntiva de reforma o revolución. Y esa situación debe conducir a una revisión histórica que impida que terminen como el MAS. Por una parte, ciertos elementos de la estructura del PSUV están más dedicados al disfrute de las condiciones de privilegio que derivan del ejercicio hegemónico – en el sentido gramsciano- del poder que a la construcción del socialismo. Estos sectores dentro de la estructura del PSUV son profundamente burocráticos, fosilizados y ven como una amenaza a sus privilegios los procesos de organización social que se dan bajo las figuras de comunidades movilizadas a través de mesas de aguas, energía, consejos comunales entre otras. En la visión de estos sectores reformistas, carentes de compromiso y ética revolucionaria, lo esencial es el disfrute del poder y la utilización del mismo para su propio beneficio.
Existe – y menos mal que así ocurre- otra sección en el PSUV, estructurados en el sentido ideológico de la revolución, encabezado por el propio presidente Hugo Chávez y algunos otros actores, que plantean seriamente el debate acerca de la construcción del socialismo. Para ellos es prioritario el proceso de construcción de un partido de cuadros, formados y curtidos en las ética revolucionaria de la cual hablaban el Che y el propio Marx, al mismo tiempo que insisten en la organización y formación política de los ciudadanos, como una condición del ejercicio de la participación. Marchan sosteniendo la necesaria revisión y modificación de las relaciones que marcan el accionar del capital y el trabajo. Es el camino sostenido por Marx en los Grundrisse (el título completo es Grundrisse der Kritik der politischen Oekonomie o Líneas Fundamentales de la Crítica de la Economía Política hecho público en 1939 en Moscú) donde habla de la vía al “proyecto socialista” como un camino que conduce a la disolución de las condiciones de explotación y alienación del capitalismo.
El planteamiento de Marx, que de cierta forma es recuperado por esa vertiente verdaderamente revolucionaria del PSUV encabezada por Chávez, habla de la necesidad de un “desarrollo universal” de los individuos en contraste con el desarrollo “unidimensional” del capitalismo, sobre el cual se basan las relaciones de alienación que permiten la explotación del hombre por el hombre. Se trata, y de cierta forma está visión es incorporada en el Plan Simón Bolívar (2007-2013) de construir socius (amigos, colaboradores). Ese proceso implica una acción múltiple: por un lado, la revolución del aparato productivo y por el otro, la revolución de la conciencia, sobre la formación socialista. Es este punto, la marca de escisión entre los revolucionarios y los reformistas dentro del PSUV. Los reformistas, se resisten a la modificación de las condiciones objetivas de la explotación capitalista, pues ello significaría el fin de sus posibilidades de enriquecimiento y al mismo tiempo, se resisten al proceso de formación que los haría “visibles” ante el resto de los militantes realmente comprometidos. Por ello, quienes militamos en el lado de la construcción socialista propugnamos la formación, el debate y la construcción de condiciones objetivas de disolución del carácter alienante del sistema capitalista. Creemos que el PSUV debe revisar con cuidado la experiencia histórica del MAS, para no terminar como lo hicieron sus antecesores. La historia es maestra vida¡¡.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
05/05/2009
Juane1208@gmail.com