lunes, 1 de diciembre de 2008

Elecciones regionales en Venezuela

ANÁLISIS CRÍTICO DEL 23-N

Pasado el temporal de insultos y acusaciones mutuas entre oposición y gobierno, le corresponde al análisis serio de los resultados. Lamentablemente, existe una limitante determinada por la no disponibilidad de todos los resultados. Cómo bien es sabido, esta elección era esencial para el sistema político venezolano. Se trataba de definir el rumbo del comportamiento político y de las fuerzas partidistas. Los resultados señalan una 1era lección: la campaña se basó en el personalismo político, entendido como la identificación extrema de los candidatos regionales y locales con el liderazgo nacional. Chávez y Rosales hicieron uso de su liderazgo para impulsar lo que conocemos como “efecto portaviones”. Es decir, el apoyo a quienes ellos les levantaran la mano. Eso tuvo su efecto, que se manifestó en la masiva concurrencia. Ningún proceso de elección regional o municipal había tenido una participación tan alta: 65,45%.
Hay una 2da lección: el sistema electoral venezolano es confiable y el más moderno del mundo. La casi total automatización del proceso, la rapidez con la que se conocieron los resultados, el apego y aceptación del mismo por parte de los actores concurrentes es una muestra de institucionalidad, que acaba con el mito construido desde la oposición de la escasa identidad moral y ética de los árbitros electorales. Sin lugar a dudas, quedo fortalecida la capacidad del sistema institucional y por lo tanto de la democracia misma.
En 3er lugar, el mito del autoritarismo de Chávez y su escaso talante democrático fue seriamente golpeado. Cuando Chávez salió reconociendo el triunfo de la oposición en dos (2) estados claves para él: Zulia y Carabobo, demostró que es capaz de aceptar los cambios expresados en el voto. Ya había dado un 1er atisbo en diciembre de 2007, pero que había sido puesto en duda por la oposición política.
En 4to lugar, los resultados arrojan múltiples lecturas. Una muy básica y fútil, representada por un análisis numérico absoluto de los resultados. Basado en el número de gobernaciones que cada sector político controla. En esa óptica el Gobierno tiene 17 gobernaciones y la oposición 5. Este tipo de análisis deja de considerar las especificidades del comportamiento electoral. Debemos decir que la pérdida – reiterada- del Zulia y la derrota en Miranda, representa una disminución absoluta desde el punto de vista del total de electores, pues esos estados representan un total de casi el 30% del total de los inscritos en el registro electoral permanente (REP); pero más allá de eso son estados estratégicos por su propia condición. El Zulia, es una entidad fronteriza, fuente de los principales recursos económicos, incluyendo el petróleo; demasiado cerca de la conflictiva Colombia y clave en su condición geopolítica. Miranda, es asiento de un conjunto poblacional y productivo de enorme significación para el Gobierno. Táchira, la otra entidad ganada por la oposición, es un espacio fronterizo que se comunica con Zulia, por lo tanto estamos hablando que del total de la frontera con Colombia (2218 Km) casi la mitad (850 Km) pasan a manos de opositores a la política internacional de Chávez. Las otras entidades, Nueva Esparta y Carabobo tienen un significado geopolítico. En el caso del 1ero de ellos, es un punto de conexión con el Caribe y el Atlántico, el 2do es una base de desarrollo industrial de valor económico. Falta ver, cuanto representa en caudal de votos esa elección. Sí el chavismo con el conjunto de 17 gobernaciones logró elevar el número efectivo de votos que obtuvo en el refrendo constitucional de 2007 (4.200.000) se puede afirmar que se consolida el sistema político venezolano como un sistema de partido dominante.
Un 5to elemento a considerar, es el hecho que el triunfo de Capriles en Miranda, coloca el liderazgo de Primero Justicia (PJ) en igualdad numérica con las fuerzas de Un Nuevo Tiempo (UNT), eso significaría que la lucha por la representación política para las próximas elecciones de legisladores nacionales (2010) será encarnizada, así como la definición de la candidatura electoral para la oposición a Chávez.
En 6to lugar, la situación en el Zulia y en general en toda Venezuela, debe generar una discusión de la efectividad de la personalización política, pues los liderazgos de Chávez y Rosales no salieron totalmente fortalecidos. Me explico, en el caso de Chávez al perder – pese a su presencia constante en el Zulia- se debe producir una revisión de la estructura de funcionamiento del PSUV. No es posible que una organización que diga tener 850.000 militantes en el estado obtenga un resultado así. El chavismo debería pedirle cuentas a Arias Cárdenas y Lina Ron- responsables de supervisar el proceso de inscritos en el PSUV-Zulia- acerca de quienes están y qué hicieron. Para Rosales, la pérdida de alcaldías por disputas internas, deja mucho que decir de su capacidad de organización. En definitiva, una gran lección es la confiabilidad del sistema electoral y las perspectivas de coexistencia pacífica entre los actores. Ya veremos¡¡

Dr. Juan E. Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
24/11/2008

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