jueves, 6 de mayo de 2010

MEDIDAS ECONÓMICAS Y PROSPECTIVA ELECTORAL

MEDIDAS ECONÓMICAS Y PROSPECTIVA ELECTORAL

Recientemente, en esta misma columna, señalamos que el PSUV tiene la ventaja de contar con el liderazgo personal de Chávez, que fácilmente se confronta con los muy dispersos y epilépticos personajes de la oposición. Todos los estudios de consultoras de opinión pública como Datanálisis, Consultores 21, IVAD, entre otras ratifican la preponderancia del liderazgo de Chávez sobre cualquier otro de la oposición, llámese Ledezma, Borges, Capriles Radosky, Pérez Viva y otros. La situación se torna más difícil cuando se mide la intención de voto según preferencia partidista, en ese caso el PSUV reúne una preferencia que circunda el 36% mientras que el resto de los partidos de oposición llegan – todos juntos- a un pírrico 9,5%. Eso, aunado a la especial división de las circunscripciones – que discute el CNE- le otorga una ventaja adicional al PSUV. Sin embargo, no todo es cálculo fácil para el partido de gobierno.
El ajuste económico anunciado este viernes pasado- que se ha dado en llamar el Viernes Rojo- tiene varias aristas. La 1era, es el enorme peso del gasto público y los programas sociales. El gasto social del ejecutivo nacional, paso a representar un 7,8% del PIB para 1998 a más de un 13,1% en 2007. Entre 2008 y 2009, la dinámica de incremento de gasto público se mantuvo, pero con un impacto negativo generado por la caída en los precios del petróleo a finales del último trimestre de 2008 y el 1er trimestre de 2009, que llevo a una reducción del precio del barril de petróleo de más de 100 US$ a menos de 40 US$. Dada la naturaleza del sistema económico venezolano, que depende de la conversión en bolívares de los ingresos por concepto de venta de petróleo, una reducción de los ingresos compromete seriamente la permanencia de los programas sociales. En esta óptica, la subvención que mantenía el Estado, al sostener la relación dólar/bolívar en 2,15 BsF se traducía en una pérdida de recursos que pudieran ser destinados a la inversión social. Adicionalmente, el mantener esa subvención se ha traducido en una paralización del aparato productivo, como consecuencia de la natural tendencia parasitaria del sector industrial venezolano, que ante esa acción del Estado ha optado por incrementar la importación en vez de invertir en producir nacionalmente. En este punto, debemos ser conscientes y señalar la indudable complicidad de algunos sectores corruptos en el gobierno nacional, que han otorgado dólares para incentivar la importación y con ello, hemos aumentado la dependencia del exterior.
Hay una 2da arista, y es el tema de la inflación. El costo de estas medidas sobre el índice de precios al consumidor (IPC) sigue siendo un tema álgido. La inflación acumulada de los últimos tres años (2007-2008-2009) 22,5%, 30,9% y 25,1%, que da un total de 78,5%, ha afectado consistentemente los ingresos de los venezolanos, sobre todo lo relacionado con el ingreso mínimo que bien se sabe ha sido esbozado como un logro del gobierno nacional, al elevarlo sustancialmente en los últimos años. Los economistas coinciden en afirmar que todo proceso de devaluación genera una espiral inflacionaria, en el caso nuestro todo dependerá del accionar del INDEPABIS y su desenvolvimiento para evitar un excesivo encarecimiento de los precios. Sea como sea, el punto central deviene del hecho de cómo se administra el manejo público de estas medidas, más aun cuando este es un año electoral. Por una parte, el cálculo del gobierno nacional es que con este ajuste monetario en la paridad dólar/bolívar el gobierno central recibirá, a través de la conversión de los dólares provenientes de la venta de petróleo, más bolívares fuertes que serán destinados al mantenimiento del gasto social. En esta acción hay un riesgo calculado, que es el efecto inflacionario que piensa ser comedido a través de las instituciones del Estado, pero esencialmente con la ampliación del gasto del sector público, destinado a atender a los sectores D y E, que electoralmente son claves.
Para el gobierno de Chávez, se trata por lo tanto, de adelantar una política de gasto público que permita mantener la inversión social en esos estratos, que precisamente son los que han facilitado su éxito electoral. Por su parte, la oposición se encuentra con una oportunidad dada por la devaluación, pero tienen la debilidad de no contar con una agenda de proposiciones que se presenten como alternativa a la agenda política, esa debilidad puede ser un elemento adicional en las posibilidades de éxito o fracaso de sus candidatos, en las próximas elecciones legislativas. Como sea, la oportunidad política que tiene la oposición parece perderse en una interminable crítica sin proposiciones, en este caso seguiremos con la hegemonía del PSUV y Chávez. Finalmente, el chavismo mantiene el reto de estructurar una política pública eficaz y libre de señalamientos de corrupción y lentitud burocrática, de no hacer la superioridad política puede ser puesta en entredicho en cualquier momento.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
Juane1208@gmail.com
12/01/2010

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