jueves, 4 de septiembre de 2008

BARAK OBAMA Y LA VENEZUELA DE HUGO CHÁVEZ


BARAK OBAMA Y LA VENEZUELA DE HUGO CHÁVEZ

Las elecciones internas en el partido demócrata terminaron seleccionando a Barak Obama como su candidato. La dinámica de su elección estuvo marcada por la feroz competencia con la ex primera dama Hillary Clinton, quién contó con todo el apoyo de los sectores más poderosos de la sociedad norteamericana que en algún momento se movieron detrás de su marido Bill Clinton en el período 1992-2000.
Para Obama, las elecciones presidenciales y el debate que ha iniciado con el candidato republicano John McCain está marcado por una agenda de múltiples focos. Uno de ellos es el espinoso tema de la Guerra en Irak. La administración de George W. Bush hizo comprometer a los EEUU en una invasión sobre bases de inteligencia totalmente manipulados, que ocultaban el enorme interés que tiene su gobierno en el tema de las reservas de petróleo con que cuenta Irak y que en su proyección debían ayudar a evitar la catastrófica realidad en la que se encuentra sumido actualmente: un precio del petróleo por encima de los 100 US$ por barril. La situación es distinta para el enfoque de esta cuestión. Para los demócratas se trata de evitar que se repita- tal como parece hasta ahora- un nuevo Vietnam, es decir, un proceso donde la intervención norteamericana sea cada vez mayor con un costo en vida humana y económica enorme que afecte la gobernabilidad y la estabilidad de las instituciones estadounidenses. La situación para los republicanos es diferente, para ellos se trata de mantener una continuidad en la línea trazada por la administración Bush, más aun cuando la naturaleza militar de su candidato le permite incidir sobre esa postura.
Sea como sea, la situación en Irak es grave. Grave desde el punto de vista militar, pues el incremento de los efectivos militares así como los equipos instalados en Irak se traduce en un costo. Se calcula que cada minuto transcurrido en el enfrentamiento en esa zona le cuesta al gobierno de los EEUU un promedio de 5.000 US$. Asimismo no hay una perspectiva clara de triunfo a través de su estrategia militar, por el contrario todo indica que la situación se complica pues la incidencia de Irán y su apoyo a los shiítas, produce una extensión de la intensidad en el conflicto.
La otra gravedad, viene dado por la incidencia que tiene sobre la situación en el Medio Oriente. La invasión a Irak tuvo entre sus objetivos ayudar a estabilizar la zona, según palabras del propio Bush al autorizar la acción militar. No obstante los resultados han demostrado precisamente lo contrario. La inestabilidad de la zona, ha incrementado el conflicto con los árabes por el tema palestino. La llegada al poder de Hamas en el territorio palestino ha incrementado la radicalidad y mantiene la zona en un estado latente, que en cualquier momento puede generar una explosión militar de grandes proporciones.
Toda esta situación, coloca a Barak Obama en una postura crítica. Como intelectual cercano a un planteamiento menos radical del que asume Bush, debe lograr un retiro “digno” que no afecté las posiciones de poder que él mismo puede llegar a representar. Para él se trata de presentar la cuestión del retiro de Irak como una prioridad, sin que con ello le quede la sensación a la opinión pública norteamericana, que han sido derrotados. Asimismo, el tema Irak está vinculado con el futuro de Irán. Las declaraciones de Obama han identificado a ese gobierno como contrario a los intereses de los EEUU y ve con preocupación el desarrollo de su programa nuclear destinado a la generación eléctrica.
En general, la situación en esta zona es un foco de perturbación y preocupación para él y su equipo de asesores. Por otra parte, Obama ha dicho que decidió retomar la política latinoamericana como una de sus prioridades. En este punto se inserta el tema de la Venezuela de Hugo Chávez.
Cómo es bien conocido, nuestro país es uno de los principales proveedores de hidrocarburos en el mercado interno norteamericano, por otro lado el hecho que seamos socios mayoritarios en un conjunto de refinerías que llegan a dominar cerca del 25% del mercado de derivados aumenta la incidencia que podemos tener en la situación económica e industrial de los EEUU. No hay que olvidar que cerca del 70% del petróleo que consume los EEUU se dedican al sector industrial y transporte, por lo que resulta estratégico para un futuro gobierno de Obama mantener una relación fluida con nuestro país. De hecho ha manifestado que retomara una agenda de trato directo con el presidente Chávez. Esa afirmación señala un cambio en la actitud hacia la política exterior hacia Venezuela. Un cambio que sin embargo, debe ser visto con mucho cuidado. Es un cambio en la forma del trato, pero no en las líneas generales que asumen al Estado venezolano como una amenaza a los intereses de los EEUU.
El papel que tiene Colombia, como representante de la visión estratégica de los EEUU en la zona, es un tema de controversia con nuestro gobierno. No hay que olvidar que con el apoyo del gobierno norteamericano la administración Uribe ha incrementado su gasto militar hasta alcanzar los 5.500 millones US$ anuales, incrementando el número de tropas, equipos militares y armamento. Ante ello, la administración Chávez ha activado una política de equipamiento militar en un sentido de disuasión ante el accionar del gobierno colombiano apoyado por los intereses norteamericanos.
El gobierno de Chávez, se ha transformado en un gran obstáculo para el desarrollo de las líneas estratégicas de los norteamericanos, principalmente por constituirse en una referencia de nacionalismo petrolero que atenta contra los intereses expoliativos de las compañías transnacionales ligadas al tema petrolero. Por otro lado, el gobierno de Chávez ha sido puntual en la finalización de la Doctrina Monroe, al permitir la penetración de capitales provenientes de otras zonas geográficas. Particularmente es vital resaltar el papel económico que tienen los chinos, los españoles, los iraníes, los franceses, los italianos, que han ido desplazando al capital a los norteamericanos como principales socios económicos en las empresas productivas del país. Tampoco debe olvidarse la política mantenida por el gobierno venezolano en lo que respecta a los procesos de integración. La reciente propuesta de UNASUR es una espina clavada en el centro de poder y se manifiesta como una acción que plantea una visión estratégica que se contrapone con la perspectiva de seguridad y defensa sostenida tanto por Obama como por McCain, de tal forma que se asiste a una nueva etapa de la confrontación con los intereses norteamericanos pero ahora referidos a una especie de relación directa entre gobierno y gobierno. Hay que estar claro que este nuevo momento no se traduce en el fin de la conflictividad socio- política, más bien se trata de un momento de distensión que puede abrir nuevos causes.

Dr. Juan Eduardo Romero
La Universidad del Zulia

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