martes, 2 de septiembre de 2008

TVES Y RCTV: ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES

TVES Y RCTV: ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES

Lo que esta ocurriendo con TVES y RCTV, tiene que ir más allá del simple discurso estructurado en torno al ejercicio soberano de la autoridad del Estado y la defensa de la libertad de expresión de todos los venezolanos.
Considero que tanto aquellos que, defendiendo – convincentemente- la postura de los Ministros Chacòn y Lara, así como del ciudadano presidente; cómo los que se identifican con lo sostenido por el dúo Rodríguez- Granier, caen en una generalización terrible.
El problema que vivimos los venezolanos en este momento, se concentra en el hecho que asistimos a la construcción de un nuevo marco interpretativo, que corresponde a una mirada, una perspectiva sobre la cual se entiende el mundo social. Es decir, en pleno siglo XXI, no es que ha hecho crisis el sistema político, sino que también las representaciones e ideas que teníamos sobre nuestro país. Asistimos a un proceso de redefinición de esas ideas y representaciones, y ese proceso está siendo dilucidado en los medios de comunicación social. Ello es así, porque los venezolanos construimos nuestras ideas sobre la sociedad, la política; basado en la información que recibimos de los medios de comunicación. En un estudio realizado por REDPOL en el 2000, se indicaba que los interesados, los muy interesados y los nada interesados en la política lo hacían a través de la exposición a la información recibida mediante la TV, en un 58, 62 y 68% respectivamente. Es decir, la información que maneja el ciudadano, incluso aquel que se declara “antipolítico” es derivada de los medios audiovisuales.
De lo que se trata, es comprender que la TV forma, moldea una opinión. Que los ciudadanos repetimos aquello que escuchamos de determinados “autores” (personas consideradas respetables), y sobre esas apreciaciones realizamos una interpretación simultánea. Que la exposición a la influencia de los medios audiovisuales e impresos es enorme y que ellos “ayudan” en la formación de nuestras opiniones.
Esto nos lleva a ciertas verdades, que no deben gustar. Una, RCTV no defiende la libertad de los venezolanos a estar informada, eso es una construcción basada en una posición equívoca. RCTV defiende los intereses económicos que representa. Dos, TVES y El Estado Nacional, no representan – en este momento- los intereses de todos los venezolanos, quizás cuando su programación pase a discutirse en asambleas populares, con todos los productores independientes podrá hacerse esa afirmación. Con ello queremos afirmar, rotundamente, que tanto RCTV y TVES están dilucidando la forma hegemónica en la que pueden incidir en la construcción de opiniones políticas todos los venezolanos.
Ambos factores de poder- porque no hay duda que TVEs y RCTV son factores de poder- se enfrentan por el control. La ventaja la tiene indudablemente TVES, que contando con una base legal de apoyo, ha adelantado una campaña informativa de desplazamiento de la antigua hegemonía de sectores económicos ligados a los medios audiovisuales, específicamente el Grupo 1BC.
En estos momentos los venezolanos somos testigos de la construcción de un bloque hegemónico, en el sentido pensado por Antonio Gramsci. Eso es, la conglomeración – más bien unión- de un conjunto de actores sociales, políticos y culturales, quienes asumen la necesidad de mancomunar esfuerzos en procura de alcanzar objetivos comunes.
Los grupos sociales, los productores nacionales independientes, los actores políticos ligados al chavismo, los sectores económicos enfrentados con el Grupo 1BC, los actores perjudicados, segregados, desplazados por el “estilo de gerencia” de Marcel Granier; decidieron hacer frente común, agregándose a ellos una base jurídica provista por la ley de Responsabilidad Social – mal llamada ley Resorte- y la decisión estratégica de “utilizar” el mejor y mayor espacio radioeléctrico.
Decir, cómo lo señalan los antichavistas conglomerados en torno a Granier, que se trata de un “robo a la libertad de expresión”, es una gran mentira. Decir, cómo lo señalan fuentes ligadas al MINCI que es “simplemente” una decisión soberana, no se corresponde con la verdad. Lo que estamos dilucidando es cómo los actores sociales y políticos asumen el enorme poder de convencimiento que tienen los medios de comunicación audiovisual sobre las personas, sin importar su formación socio-educativa. El estudio que citamos, indicaba el uso que hacían los ciudadanos de los medios (TV), según nivel educativo era como sigue: primaria completa 70,8%, secundaria incompleta 73,5%, técnico superior completa/ universitaria incompleta 65%, superior completa 55,6%. Como se observa, por estos datos provisto por REDPOL, la mayoría de la población venezolana – sin importar su nivel social y educativo- hace un uso frecuente de la TV como medio de apoyo en la construcción de sus opiniones políticas.
Eso, en un país donde la señal de TV se ha ampliado, donde el Estado Nacional está entrando a competir seriamente por el control del espacio radioeléctrico, con las compañías privadas, donde experimentamos un constante proceso de reajuste socio-político, resulta vital para cualquier proyecto político que pretenda perdurar. De lo que se trata, es entender como asistimos a una profunda discusión sobre el ritmo, la dinámica que adquiere el Estado nacional, los actores políticos, los grupos económicos y los actores sociales, en esta primera mitad del siglo XXI. Cuando revisamos en perspectiva, los inicios de los últimos siglos en la historia de Venezuela, nos damos cuenta que en todos se repitió la discusión sobre la construcción de la hegemonía: en el siglo XIX, la disputa fue entre el estado Colonial y los grupos sociales y económicos mantuanos, por el acceso a los privilegios políticos. La bandera de discusión: los derechos como nación. El siglo XX, entre la perspectiva autoritarista-positivista del castrismo- gomecismo y la exigencia de ampliación de los derechos políticos y ciudadanos. La bandera: el derecho al voto y la participación. El siglo XXI, entre los modelos de democracia representativa y el modelo radical de democracia, la bandera: el derecho de las libertades – en un sentido liberal- de la ciudadanía y la política. Ayer como hoy, asistimos a una coyuntura crítica, que nos abre causes interesantes para el análisis comparado y para la demostración que la historia no es simplemente el estudio del pasado, sino de la relación pasado-presente-futuro.
DR. JUAN EDUARDO ROMERO
Historiador juane1208@yahoo.com

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