martes, 2 de septiembre de 2008

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y PROTESTA SOCIAL


MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y PROTESTA SOCIAL

Esto que escribo, es a propòsito de las recientes manifestaciones estudiantiles que afectan a todo el paìs. Debo comenzar diciendo que sin duda las movilizaciones estudiantiles nos señalan la conformaciòn de un movimiento social de oposición al gobierno.
Ahora bien, para que un movimiento social tenga éxito, debe tomar en cuenta lo que se denomina estructura de oportunidad polìticas, que debe entenderse còmo los cambios en algún aspectos del sistema polìtico creàndose nuevas posibilidades para la acciòn colectiva, que pueden ser aprovechadas por una o varias personas que encauzan la protesta. No hay duda, que los propios cambios impulsados por la aprobación de la Constitución Bolivariana de 1999, impulsan una oportunidad polìtica para el cambio: la ampliación del marco jurìdico para la participación ciudadana, la incorporación de nuevas estructuras de organización popular – los concejos locales entre otros- , el impulso a la ciudadanizaciòn colectiva son sòlo algunos elementos.
Una oportunidad polìtica puede crearse cumpliendo algunas de las siguientes condiciones: 1) la percepción de una contradicción flagrante entre valores culturales y algunas pràcticas sociales, 2) penurias sùbitas, 3) la puesta de manifiesto de la ilegitimidad o vulnerabilidad de un règimen polìtico y 4) la disponibilidad de un marco cultural innovador, a travès del cual los disconformes pueden organizar sus protestas.
En el caso de laa libertad de información, la garantìa de derechos sociales,se estàn manejando algunos de esos elementos. Tanto Marcel Granier, como el grupo 1BC han hecho ver que hay una contradicción entre el “valor de la libertad” y la acciòn o pràctica jurìdica del Estado. No hay duda que existe un debate comunicacional importantìsimo al respecto. El gobierno por su parte, ha insistido en una vertiente contraria: la juridicidad de las decisiones gubernamentales còmo parte del ejercicio del poder democràtico, de la “autoritas”. Sin embargo, hasta ahora el gobierno ha venido perdiendo esta batalla de construcciòn de matrices de información. Por otra parte, el grupo 1BC y los movimientos estudiantiles que se han movilizado han insistido en el “atentado” al ejercicio de las libertades pùblicas y polìticas. Han contado con la movilización de aliados importantes para su exigencia: la Conferencia Episcopal de Venezuela, la Sociedad Interamericana de Prensa, Reporteros Sin fronteras. Esa acciòn no ha estado acompañada de una reacción contundente de los movimientos sociales que acompañan al Gobierno de Hugo Chàvez, en este punto la estrategia de la oposición ha funcionado mejor.
Ahora bien, la movilización estudiantil, nos permite introducir algunos puntos de comparación con el movimiento estudiantil de la 2da mitad del siglo XX. Y nos referiremos ùnicamente a dos momentos claves de la protesta estudiantil: el lapso 1968-1972 de la renovación universitaria y el perìodo 1987-1993 del resurgir de la izquierda estudiantil. Ambos movimientos, al igual que estè de inicios del siglo XXI, aprovecharon la oportunidad polìtica provista: la apertura de un espacio de participación polìtica propiciada por el reajuste democràtico de finales de los 60 y la crisis polìtica de finales de los 80. Esos movimientos utilizaron un marco cultural innovador: pintas como prohibido Prohibir, llenaron los espacios e impulsaron la movilización, estrategias de interrupción del tràfico, entrega de claveles o frases como “que pobrecita es esa pistola ignorante que sabe lo que es un libro porquè matò a un estudiante”, fueron sòlo una muestra de estrategias innovadoras que permitieron que la protesta movilizarà a un colectivo. En este aspecto hay una diferencia con el movimiento estudiantil de inicios del siglo XXI, pues estè se encuentra vaciado de innovación, el lugar comùn es la “lucha por la libertad de expresión”, sin mayores construcciones ni análisis.
Sì bien esto es asì, se debe decir que los movimientos estudiantiles que hemos visto en la ciudad de Caracas, Valencia y Maracaibo, cuentan con un elemento que no tuvieron los movimientos estudiantiles de las dècadas de los 60 y 80: el apoyo de los medios de comunicación.
Los medios de comunicación, juegan un papel importante en la ratificaciòn o no de lo lìderes de los movimientos. Sì los medios cubren a estos lìderes, legitiman al movimiento como una acciòn colectiva reivindicativa y eso es lo que estamos viendo. Pero a pesar de eso, el reto de estos movimientos es la naturaleza de las pràcticas colectivas de protestas. Es decir, no es suficiente que los medios cubran la protesta, es necesario que quienes organizan la protesta construyan un marco cultural que impulse a la gente a participar y enfrentarse a tres retos que tienen los movimientos sociales: 1) el reto de la injusticia, que se define còmo la generaciòn de una indignación moral, en este punto han insistido a travès de la defensa de la “libertad de expresión”, pero deben ir màs allà para mantener la protesta; 2) la toma de conciencia, que implica acciones sociales colectivas innovadoras, que animen a las personas a mantenerse luchando, marchando o bloqueando las calles. Cabe preguntarse:¿ serà capaz el movimiento estudiantil de comienzos del siglo XXI mantener la animosidad para la protesta?. Yo tengo mis dudas, pues no veo argumentos firmes, màs allà de lugares comunes a la hora de expresarse. Por ùltimo, el 3er elemento, la creación de una identidad. Sì el movimiento estudiantil no es capaz de crear un “nosotros” significativo en relaciòn a un “ellos”, puede perder la ventaja que tiene hasta ahora.

El gobierno de Chàvez, se encuentra en el “dilema del prisionero”, es decir, no puede reprimir salvajemente al movimiento social estudiatil, pues eso animarìa la protesta y la incorporación de nuevos sujetos a la protesta; al mismo tiempo està maniatado porquè la actitud de esos jóvenes es un reto al ejercicio del poder de Chàvez. Sì el gobierno no actúa – y no en forma violenta- construyendo una matriz informativa significativa y el movimiento estudiantil se fortalece màs, se generarà una verdadera batalla campal, en cuanto los grupos estudiantiles movilizados estàn creando un “proceso enmarcador” en torno a la defensa de la libertad de expresión. Es decir, estàn creando una percepción sobre las personas, de un agravio ante una situación determinada que pretende ser solucionada a travès de la acciòn colectiva de movilización. Sì el gobierno no reacciona- insisto, sin violencia- el movimiento estudiantil puede abrir un ciclo de protestas colectivas, que sumerge al paìs en una nueva discusión socio-polìtica como la vivida entre el 2001-2003. Sea còmo sea, asistimos a un momento – otro más- de gran activaciòn colectiva, que puede resultar en la profundizaciòn de la ciudadanìa. Veamos que pasa atentamente en el presente inmediato.

Dr. Juan Eduardo Romero J.
Historiador- profesor LUZ
Juane1208@yahoo.com

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