martes, 2 de septiembre de 2008

Comunicación política: acerca de la campaña de Chávez y Rosales.

Comunicación política: acerca de la campaña de Chávez y Rosales.

Hay que entender las diferencias entre el planteamiento de campaña de Chávez y el de Rosales. En conjunto, podemos señalar tres grandes temas sobre los cuales se diferencian y un tema en el cual coinciden. Se diferencian en: 1) el tipo de comunicación política que desarrollan. Chávez, está en lo que se denomina una campaña permanente, destinada a mantener el poder. Rosales, desarrolla una campaña eminentemente propositiva, destinada a obtener la atención de los electores claves: los estratos D y E; 2) los temas de campaña. Para Rosales, el principal tema a resaltar es la “idea” de la incapacidad y el fracaso de la gestión de Chávez. Con ello, busca beneficiarse del descontento tanto en el chavismo Light, como en los indecisos. Por su parte Chávez, ha establecido como gran enemigo la “idea” de la lucha antiimperialista, un discurso que históricamente le ha sido de utilidad a la izquierda latinoamericana y que aun conserva cierto atractivo y 3) estrategias comunicativas, en el caso de Rosales, el manejo de un mensaje de optimismo, de atrevimiento, de reto al chavismo, es una parte importante de sus contenidos comunicacionales. Para Chávez, su estrategia comunicativa se expresa en una doble vertiente; por un lado, la referida al impulso y propaganda de su obra de gobierno y por la otra – y eso es un cambio reciente- un mensaje destinado a “suavizar” la característica agresividad del discurso presidencial, mediante las recientes propagandas de “por amor”.
Estas diferencias, se van a profundizar en los próximos meses. Para el chavismo, es vital volver a convencer a los sectores más moderados, menos radicales tanto del propio chavismo Light, es decir, aquellos sectores que simpatizando con Chávez se sienten desconfiados con el exceso de radicalidad y por la otra parte, los sectores indecisos, temerosos o simplemente no motivados por la opción de gobierno del candidato presidente. Para Rosales, es seguro que los próximos meses sean de convocatoria a votar, sí bien comunicativamente le lleva ventaja a Chávez, en cuanto los spots publicitarios son más frescos y ligeros, esa ventaja no se ha traducido – a mi entender- en un aumento de su caudal electoral. Rosales debe calar aun más en los estratos D y E, para convencerlos en la tarea de cambiar sus preferencias del chavismo a su opción electoral.
Por otra parte, Rosales debe luchar contra la abstención electoral, que sí bien en los procesos electorales presidenciales es menor, no deja de ser significativa. De hecho, nuestro país ha registrado una fluctuación en las elecciones presidenciales, así en el 88 fue de 19.1%, en el 93 de 39.84%, en el 98 fue 36.84 y en el 2000 llegó a 43.69. Sí Rosales no logra bajar la abstención del 40%, le resultará prácticamente imposible lograr una victoria. Por su parte, el chavismo debe procurar rescatar a los sectores descontentos por las divisiones internas, por la pugnacidad entre las facciones, por la corrupción, por los excesos en el ejercicio del gobierno, pero hasta ahora tiene la ventaja que le otorgan las misiones, que sí bien no han solucionado el problema de la calidad de vida de los beneficiados, les ha otorgado un “respiro” a su precariedad. Para los electores beneficiados por las misiones del chavismo, les resulta riesgoso optar por Rosales, pues no hay certidumbre con una posible transición.
Rosales, tiene el reto de convencer al electorado que es capaz de lograr una transición pacífica, más bien un cambio de régimen pacífico, aunque para ser realistas, ello resulta muy difícil de hacer y muy fácil para decir. El chavismo controla 21 de las 23 gobernaciones, más de 270 de las 333 Alcaldías, más del 70% de los concejales del país y toda la Asamblea Nacional. Ello dificulta cualquier cambio de régimen.
Chávez y Rosales, tiene a pesar de las diferencias señaladas un punto, o más bien un tema en común: su interés en captar la atención de los estratos D y E a través de una oferta que tiene como centro una propuesta social básicamente asistencialista y que no enfrenta el problema de la pobreza de una manera integral. Ambos se mueven en un neopopulismo mediático, es decir, en un liderazgo personalizado y fuertemente apoyado o sustanciado por el impacto de los medios de comunicación y la videopolítica, que es empleado como un factor para lograr el convencimiento de ese electorado clave.
Asistimos a un momento, en donde el sistema político venezolano, se esta jugando su futura naturaleza. Eso es: de transformarse en un sistema de partido dominante, que es distinto que un sistema de partido único, pues en el primero es una fuerza política la que se impone claramente sobre otras o de experimentar de nuevo una fragilidad multipartidista, que exponga al sistema político a los avatares de un eventual acuerdo. Chávez y Rosales, arrecian su campaña mediática, buscando con el impacto de la imagen sobre el mensaje, convencer a un electorado que se muestra hasta ahora aprensivo con el proceso electoral. Aun nos queda más de un mes de campaña para observar y analizar el proceso electoral, esperemos que algunas cosas cambien.


Historiador/LUZ juane1208@yahoo.com

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